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Nunca lo había hecho con otro Alfa, era la primera vez, así que no estaba muy seguro de cómo estimular el cuerpo que se movía con avidez sobre el suyo. Aunque a juzgar por la dura erección que se frotaba contra la suya, era bastante obvio que Willy ya estaba bastante excitado.  

Estaban en la habitación del Híbrido, habían llegado ahí después de una sesión bastante intensa de besos húmedos en el sofá de la sala. El instinto de ambos era salvaje y dominante, por lo que luchaban por tomar el control de la situación. Aunque era bastante claro quien estaba dominando, después de todo, el oso era más agresivo en términos generales.

-Oye...Willy…- sus bocas se separaron cuando Rubius pronunció el nombre del contrario, y se quedaron quietos, viéndose fijamente. 

-¿Qué sucede?- una oleada de frescas feromonas salió de Willy, quien movió la cadera, provocando al oso debajo suyo.

-No hemos decidido quién… pues… ya sabes… ninguno de los dos es Omega… y uno tendrá que…- las manos de Rubius apretaron los suaves glúteos del otro Afa con algo de fuerza, dando a entender que él deseaba ser el dominante, y a cambio recibió un sexy gemido. 

-Pues… estaba pensando que no me molestaría probarlo… ya sabes… ir abajo primero- un encantador sonrojo apareció en las mejillas de Willy, quien desvió la mirada ligeramente, aunque de inmediato recuperó ese brillo travieso de su mirada. 

-Bien, entonces a mi no me importa ser el de arriba por esta vez- ambos sonrieron antes de volver a besarse, esta vez más suave.

Las manos del Híbrido se movieron entonces, ansiosas de sentir por fin la piel de Willy, desnuda y sin tapujos. Había fantaseado con ella por tanto tiempo que incluso se sentía un poco desesperado por hacerlo, especialmente ahora que al fin tenía el permiso. Así que no perdió más tiempo, y cambió de posiciones de un movimiento.

Un gemido sexy salió de la boca de Willy, de nuevo, mientras el Híbrido arrancaba la ropa de su cuerpo. Sus movimientos eran salvajes, típicos de un oso, mientras exponía la blanca piel, que le pareció suave y perfecta. En el cuerpo de ese Alfa casi no había señales, a pesar de las muchas luchas que había enfrentado. 

-Vaya… quien diría que debajo de ese traje eres tan sexy- Willy sonrió, en sus ojos se notaba que estaba disfrutando mucho ese encuentro, y eso lograba excitar más a su compañero.

Empezaron un nuevo beso, igual de intenso y fogoso que antes, mientras las manos de Willy se encargaban de remover las prendas de Rubius, aunque él se tomó su tiempo, disfrutando de cada caricia y de cada trozo de piel expuesto. Y fue ahí que, por primera vez, descubrió los coloridos tatuajes que cubrían buena parte de su cuerpo 

-No sabía que tenías tantos tatuajes- el oso asintió y siguió besándolo, cómo si no quisiera entrar en el tema.

Willy comprendió que ese no era el momento para preguntar o insistir, así que bajó las manos por la amplia espalda de Rubius y se aventuró a meterlas en el pantalón, hasta llegar a los firmes glúteos. Un gemido se ahogó entre el beso, y se separaron ligeramente para verse a los ojos. 

-Necesito prepararte- la voz del Híbrido era profunda y seductora, y Willy supuso que era la misma voz que ponía cada vez que se relacionaba con una de sus tantas conquistas. 

-Prepárame entonces- Rubius sonrió de medio lado y se inclinó una última vez para dejar un beso ligero sobre sus labios, y entonces comenzó a dejar un pausado camino de besos por toda su anatomía.

Willy cerró los ojos, sintiendo cada una de sus caricias como si fuera la primera vez que era acariciado por manos tan grandes y gentiles. Había tenido relaciones antes, con varios Omegas, pero siempre era él quien se encargaba de acariciar y preparar, nunca antes le habían dedicado tiempo a su cuerpo, así que era un cambio agradable.

SUPERNATURALWhere stories live. Discover now