A través de notas y mensajes || Inumaki Tome

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Encendió el teléfono en cuanto escuchó una notificación en el celular, dándose cuenta de que era su madre la cual le avisaba que llegaría tarde a casa, así que ella le contestó con un mensaje, diciéndole que no se preocupara. Guardó el aparato al escuchar el tren llegar y de inmediato entró una vez que las puertas se abrieron. Ese día había bastante gente trasladándose en transporte público, pero por suerte pudo sentarse en el mismo sitio de siempre.

A causa de estar algo apretada por la multitud, decidió leer el libro que había empezado dos días atrás. Optó por colocarse los audífonos y retomar la lectura con tranquilidad.

Poco tiempo duró al sentir como el tren se detenía y abría de nuevo las puertas. Se sintió aliviada al ver que gran gente abandonaba el vagón y dejaban algo de espacio. Los ojos (t/o) viajaron inconscientemente a un chico que se sentaba delante de ella y sus cejas se levantaron por la sorpresa al ver el mismo albino del día anterior.

Este parecía no darse cuenta de la presencia de la peli(t/c) y solo se dedicó a encender su celular para revisarlo durante el viaje.

(T/n) sintió una pequeña emoción y en seguida guardó su libro para sacar su cuaderno de dibujo y el lápiz. Tener la oportunidad de seguir un retrato que no tenía esperanzas de terminarlo era un gran consuelo.

El chico llevaba, evidentemente, una vestimenta diferente, pero eso no detendría a (T/n) y dedicó sus minutos faltantes a seguir con el dibujo.

Como acostumbra a ser, el tiempo se fue volando en cuanto la fémina se había concentrado en su pequeña tarea y se dio cuenta de que ya tenía que recoger.

Comprobó los trazos de la hoja, enseñando una figura masculina con lápiz que representaba el ojimorado. Aún no había terminado el dibujo, pero estaba totalmente satisfecha con el resultado, ya que solo le faltaba hacer las sombras de la mitad del cuerpo.

Esbozó una sonrisa divertida al ver que los dos se habían levantado al unísono y se encaminaron hacia la puerta. No tardó en tomar su camino, dejando a su "musa" para poder ir a su casa.

Sentía que había perdido un gran peso de encima y de todos los dibujos que tenía en la libreta, juraba que este era el que más le gustaba. O por lo menos el mejor esbozo terminado.