Capítulo I: Génesis

62 4 6
                                    

El lugar de donde vengo nunca lo encontrarán en el mapa, se los aseguro, pero existe, y es tan real como el aire que respiro. La magia es común entre nuestra raza, los genevaries, que viene del latín omnia generum varietate, y significa «diversidad de razas».

En el principio de los tiempos siete dioses gobernaban el mundo: Torbe, el impetuoso y soberbio, siempre decidido y al mando; Fergo, el artesano, a quien lo caracterizaba su pasión por inventar y crear; Apolo, el sanador, siempre al pendiente del bienestar de los otros y desinteresado en su actuar; Aakil, el sabio, callado y reservado pero a la vez un gran analítico y amador de la justicia; Regrix, el orgulloso, quien amaba su posición de dios y se sabía el más hermoso de los dioses varones; Artemisa, la creativa, se caracterizaba por su desbordante imaginación y era una gran idealista, y Amaris, la gentil, quien derramaba bondad y podía ver belleza en todo.

Por miles de años convivieron en armonía creando toda clase de maravillas mágicas; adornaron y le dieron al mundo todas sus riquezas. Cada dios tenía su propia versión de la perfección, así que dividieron el mundo por zonas y fueron llenando de detalle sus creaciones.

En la zona árida, con grandes extensiones de arena infinita, reinaba el silencio absoluto que transmitía un sentimiento de paz inigualable. Por las noches, la luz de la luna bañaba las dunas que se erguían una tras otra y formaban un patrón perfecto. Crearon los oasis, el balance ideal en medio de la nada, y los proveyeron de lagunas que reflejaban, como espejos, al sol brillante que se posaba sobre ellas. Crearon también vegetación y criaturas resistentes al clima extremo a las que les dieron piel seca y gruesa, así como magia especial para dosificar el agua y la comida.

Luego crearon las zonas árticas; montañas congeladas y grandes extensiones de hielo. Diseñaron criaturas con grandes capas de pelo y grasa, y también las dotaron de magia para protegerlas del impetuoso frío.

La zona montañosa fue un capricho de las diosas; ellas se aferraron a la idea de crear lugares fortificados para sus creaciones. Ocultaron, entre rocas y acantilados, vegetación llena de propiedades mágicas y curativas. Arbustos extravagantes y flores de colores que, además de místicas y hermosas, poseían atributos invaluables.

Por último, con máximo brío, se enfocaron en las zonas tropicales: selvas, bosques, pantanos, costas, mesetas y todos sus derivados. Usaron toda la gama de colores que conocían y todas sus posibles combinaciones. Crearon muchos recursos naturales para que la vida fuera autosustentable; criaturas, con y sin magia, con atributos especiales y necesarios para el balance del mundo; valles llenos de vida, pintados de diferentes tonalidades de verde y praderas plagadas de animales corriendo en manada y aprendiendo a reconocer el instinto que les fue otorgado por los dioses; junglas inundadas de vegetación. Todo lleno de magia y poder. Todo en perfecta sincronía y orden. Cada ser vivo, como habían planeado, convivía con respeto mutuo sin importar su tamaño, su magia o su falta de ella.

Por fin llegó el tiempo de poder contemplar su obra; los siete dioses observaron por muchas décadas cada detalle en ella, solo viéndola prosperar y crecer.

Un día, siendo todo tan perfecto y armonioso, decidieron crear seres que pudieran comunicarse entre sí y disfrutar del mundo que habían creado, seres con inteligencia superior para poder gobernar su mundo y vivir de acuerdo con principios y valores de paz y armonía.

Así fue como cada uno de ellos creó una raza diferente que pudiera habitar en las distintas zonas.

El primero en crear a su estirpe fue Torbe, el más poderoso y soberbio de todos. Llamó a su pueblo ditros. Creó sus cuerpos a partir del barro, moldeó perfectamente cada uno y los cubrió a todos con una piel escamosa y resistente. Les transmitió su arrogancia, fortaleza e inteligencia para planificar estrategias y les obsequió el don de la competitividad.

Legio Élite - Punto de quiebre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora