Esta historia se basa en lo que pasa después de la pelea contra Izana, en lo que fue de ambos pandilleros y su gran reencuentro luego de 12 años
Aclaraciones:
•No se mencionarán los saltos en el tiempo de Takemichi
•Los personajes no son míos, son d...
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Paz...hay mucha paz en esta habitación, la brisa fresca y el sol golpean mi rostro, ¿Mori? No...no es eso, cierto, recuerdo a Koko y la ambulancia pero, ¿Que paso después? Creo que llegue a tiempo al hospital...tengo frío, ojalá alguien pudiera abrazarme
Frío... —Palabras tan débiles que el viento se las llevaba, su habitación de hospital casi siempre estaba vacía, solo había un puñado de personas que disfrutaban de hablar con el, desearía que más de sus amigos estuvieran a su lado pero desde aquel día que confrontó al tatuado no habían vuelto a tener contacto, extrañaba las pláticas largas y tontas, ya había pasado cierto tiempo y en todo eso jamás pudo volver a hablar con el Albino, solo el día que despertó pudo tener una charla con el, ¿Acaso no quería verlo? ¿Su aspecto era tan malo?, Casi como un deseo las ventanas fueron cerradas y el fue arropado como un niño (¿Había alguien aquí conmigo después de todo?)— No deberías abrirlas tan temprano, hace mucho frío a estás horas, quizás como a las 12 sería más conveniente...adiós Inupi —ESA VOZ, sabía perfectamente de quién era esa voz (¿Koko? ¿Estabas aquí?) Quería abrir sus ojos, en verdad quería abrirlos pero sus párpados parecía que pesaban toneladas, un beso, pudo sentir un tierno beso sobre su frente, esos labios le volvían loco, ese tierno tacto desapareció de un momento a otro dejando pasos que resonaban por su habitación, luego hubo un largo silencio interminable, (Se a ido y no pude decir adiós)— Ten un lindo día Koko...
(Tu también Inupi...no estarás solo nunca más)
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¡No quiero! No me pueden obligar a hacer esto —El albino se estaba aferrando con fuerza a un poste de luz en la calle, aquel comportamiento tan infantil estaba llamando la atención de quienes pasaban, era como un secuestro, este era jalado por ambos hermanos Haitani quienes le estaban obligando a entrar a cierto lugar—
Claro que no te podemos obligar porque esto es algo que tú Ugh —Ran apenas podía hablar, pujaba porque aunque no pareciera el albino tenía gran fuerza en sus brazos— elegiste solo, ¿Quieres ver a Inui feliz no? Pues debes entrar a esa tienda para logra- —No acabo de hablar cuando ambos hermanos acabaron en el suelo observando como el Albino tomaba aire, parece que solo hacia falta mencionar al rubio para que esté tomara gran valor— (Por Inui...)
