La vida en verano trae lo que una vez vivimos hace muchísimos años, nuestro primer viaje, nuestra primera travesura, o quizás nuestro primer amor.
Esta vez, el verano traerá con él alguien que Deidara no había visto hace más de quince años, por pura...
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Intentó dejar de soñarlo desde la primera noche.
Muchas veces soñó con él.
Pero esta tortura ha vuelto desde su regreso. ¿Por qué? Se preguntó para comenzar.
Él no fué una mala persona durante estos años para que la vida le jugara con esta pésima broma.
Cada quien supera su dolor como puede, pero Deidara jamás pudo superar por completo la partida del peli-rojo, por esa misma razón... Es que todavía siente tanto resentimiento.
«—¡Idiota, nos vamos a matar! —exclamó Deidara mientras se sostiene de la cintura de Sasori, totalmente alterado.
Ellos están muy borrachos, pero el peli-rojo está manejando una bicicleta a toda velocidad como si no hubiese un mañana, es un completo milagro que no se hayan estrellado.
—Nadie va a morir —bufó este—. Si estuviera borracho, ¿Crees que podría hacer esto? —soltó sus manos del agarre de bicicleta y Deidara se alteró aún más, segundos después el adolescente puso sus manos en su lugar—. No tienes porqué preocuparte.
—Maldito seas si morimos, Sasori —Deidara ocultó su rostro en la nuca del peli-rojo—. No sé porque pensé que sería buena idea esto, se muy bien que vernos con Hidan a media noche es tomar alcohol hasta quedar así.
—Exagerado...
Después de unos minutos de súplicas, ambos llegaron a la casa de Akasuna. Los dos bajaron hasta entrar en aquella casa, ni sabían que hora de la madrugada puede ser, solamente es una hora que no deben de estar despiertos. »
Deidara despertó repentinamente al escuchar la voz de Yodo fuera de su cuarto.
—Papá —El rubio al abrir la puerta se topó que su niña se encuentra con los ojos llorosos y temblando del miedo—. Hay algo debajo de mi cama, quiero dormir contigo para que me protejas.
—Niña... —Deidara la alzó y la acostó en la cama—... Mañana mataré a ese monstruo y podrás dormir en tu cuarto otra vez.
Yodo sonrió y su miedo se fué, asimismo su sueño que fué arrebatado por sus sustos desaparecieron.
Luego de unos minutos ella durmió, Deidara siguió despierto.
Otra noche soñó con Sasori.
Sus manos se fueron hasta su cabeza intentando tapar los pequeños rayos de sol... Pero recordó que tiene que ir a dejar a su hija al jardín de niños e ir a trabajar.
