𝐎𝐔𝐑 𝐎𝐑𝐀𝐍𝐆𝐄 𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑「SasoDei » Three Shot」

3. Enamorados

—¿Ya no te gusta el alcohol amargo o seguirás tomándolo para llamar mi atención? —Sasori preguntó con una sonrisa coqueta.

Deidara se sonrojó al instante.

¿Acaso siempre lo supo? ¿Acaso Sasori ya sabía que el rubio tomaba alcohol amargo para que él pusiera sus ojos en él? 

Siempre que bebían, el rubio siempre tomaba alcohol amargo, a nadie de su grupo le gustaba porque sabía horrible, pero Deidara siempre tomaba y por alguna razón eso impresionaba a Sasori, lo creía un valiente, hasta que al tiempo se dió cuenta que solo era para llamar la atención... Su atención.

—Siempre me gustó, no creas que yo hacía todo para llamar tu atención, no seas idiota —Le respondió Deidara con un puchero—. Pero esta vez quiero alcohol dulce.

—Como digas —El otro le sonrió coqueto.

Sasori se llevó a Deidara a su casa, la noche aún no termina y no cree que lo haga, aún falta mucho que hacer, que decir, que demostrar.

Por mientras el rubio observó el hogar, no es tan grande como su casa, pero es una casa de color blanco y ordenada. Sabe de antemano que Sasori es una persona ordenada y aseada, siempre lo fué en todo momento, alguien que no le gusta verse sucio en ningún momento.

Deidara antes no era tan aseado, sí lo era, pero no como Sasori, sin embargo ahora lo es, incluso un poco más que el peli-rojo.

—Toma, un delicioso Bailey's, es mi favorito —Sasori le pasó aquel trago con hielo—. Yo también me serviré.

Deidara tomó del licor y quedó fascinado, sabe delicioso, hace tiempo que no toma alcohol por su trabajo y porque sabe que él estando borracho es un dolor de cabeza insoportable, a veces hasta terminaba peleándose con Hidan de la nada, o queriendo cortarse el mismo el cabello, por eso mismo Sasori lo protegía de hacer estupideces y después de que el peli-rojo se fuera él dejó de tomar, porque no había nadie quien cuidara de él cuando estaba ebrio.

—Está fuerte —Deidara suspiró después de sentir que el alcohol baja por su garganta—. Si tomo un poco más me pondré ebrio.

—Aquí estaré yo.

El rubio sonrió, sus mejillas se hicieron rojas al instante y desvío su mirada mientras toma el último sorbo del licor.

—Pero quiero que tomes conmigo —hizo un puchero, sin embargo recordó algo que hacía con Sasori, algo cursi, pero romántico—. Al tercer trago nos abrazamos... Hm —se avergonzó, porque ya no es un adolescente y se siente como uno, es vergonzoso decirlo de esta forma tan romántica, pero está loco por Sasori—. Al sexto nos besamos... Y si aún aguantamos... Al último hacemos...

—¡Hecho! —Sasori se sirvió su primer trago con mucho entusiasmo y se lo tomó sin ningún titubeo, sintiendo un pequeño ardor en su garganta pero como son aquellas reglas, hay que estar empatados—. Te amo Deidara, eres tan genial.