el furby + coya de sandía

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¿Qué harían ustedes si se encuentran al weón que les robo un beso en un carrete weando en el patio de su liceo lo más tranquilo de la vida?

Eso era lo único que tenía en mente mientras veía al Jaemin jugar a la pelota con unos cabros de otro curso.

¿Qué hacía aquí?

— Renjun. — le codee las costillas para que me pescara.

— Que sucede. — habló con un puñado de Selz en el hocico.

— ¿Te acordai del weón que me robó un beso en el carrete de Halloween?— pregunté sin dejar de mirar hacia la cancha, en volá y lo estaba alucinando.

— Tshh cómo no, si estuviste una semana entera puteandolo por haberles cagao la onda con el rusio. — rodó los ojos.

La verdad es que sí, apenas abría un ojo le sacaba la chucha telepáticamente en mil idiomas.

— Está ahí, ese es. — señalé al weon de pelo rosao que recién habia metido un gol.

Parecía un furby corriendo por la cancha.

El Renjun lo miró y empezó a toser brigido, de la impresión yo cacho, de algún lado lo debe conocer.

— Weon que te pasa. — le golpee la espalda porque ya veía que se iba pal patio de los callaos.

— ¿¡Me estai weando que el Jaemin fue el que te robó el beso!? — gritó apenas dejó de toser.

— ¡Cállate conchetumare! — le tapé la boca.

Ninguno de los cabros había estado conmigo en el carrete por lo tanto el único que vio quien era fue el Chenle.

Miré alrededor para cachar si había alguien sapeando después del sendo grito que mando el Renjun y cuando verifique que no le saque la mano de la boca.

Los chiquillos —Jeno, Mark, Hyuck y mi rusio que ya no es rusio pero igual le decimos rusio porque lele es muy mamón— fueron a comprar weas al kiosco, con tal que nos dejaron solos al Renjun y a mi.

— De aonde lo conocí tú. — le pregunté sicosiao.

— La verdadera pregunta es quien no lo conoce po Sung. — hizo una pausa dramática y me miró terrible indignao, chuta perdón. — Es harto famoso en el liceo por defender a las cabras de los profes jotes. De hecho hoy día recién volvió, lo habían suspendido por pegarle al profe miguel si por eso estamos sin profe de educación física, lo echaron.

Txiuuuu ¿y como chucha no supe eso?

— Pero es que como nunca lo había visto. — me niego a creer que estudiaba aca y yo no sabía.

— Que lo vai a ver si tu respirai por y para el Chenle. — me webeo.

— Que me andan pelando feos. — apareció el Chenle de la nada asustandonos a los dos.

Tiene poderes de teletransportación o por qué ninguno lo vio.

— Seguro te vamos a andar pelando a vo care delfín. — se hizo el loco Renjun.

— Yiaaa como eri. — lo empujo de broma y se vino a sentar al lado mío. — Ah y antes de que se me olvide la profe de matemáticas te andaba buscando porque cacho que le diste las respuestas de la prueba al Jeno y al Hyuck.

— Puta la wea cabros culiaos les dije que la hicieran piola. — el Renjun se fue echando humo por las orejas, descansen en paz Jeno y Hyuck.

El Chenle se empezó a cagar de la risa y yo lo miré con cara de que chucha.

— ¿Qué pasó? —

— Nada, es que quería estar solito contigo y no sabía como echarlo. — me sonrió apoyando su cabeza en mis muslos así que aproveché de hacerle nanai en el pelito.

Me puse entero nervioso si, todavía no me acostumbro a su cercanía.

— Te compré un coyita de sandía. — habló terrible tierneke sacándolo de su pantalón, el coya obvio.

— Gracias que lindo. — por fuera estaba sonriendole mientras que por dentro estaba LLDKRKEKFJWKM¡!!&??&!/!??&?&!??&./!&./?^?&??&?&!/!/!/.

Parecía cabro enamorado, y en teoría si era.

Abrí altiro la wea que tanto si no había alcanzado ni a desayunar.

— Oye wachito. — me volvió a hablar.

— Dime. — lo miré.

Puta que tiene lindos ojos, más encima sus labios son como medios gruesos y si fuera por mi lo andaría besukiando cada dos por tres.

— Te invito a comernos. — la tiró de una.

¿Qué?

— ¿Cómo? — quedé peinado pa tras.

Que directo la cago.

— Unos handrolls, me los debí. — se burló.

Que pesao, me ilusione.

:(((

— Ya cuando querai nomas. — miré para otro lado terrible indignado siu.

— Después de clases lo llevo mi rey. — me dio un piquito y era de esperar que me pusiera más rojo que poto de mono.

Le gustaba wearme parece.

Seguimos hablando cosas super randoms, pelamos a los weones que nos caían mal, me conto los cahuines nuevos, y nos sacamos fotos pal ig. Todo super normal hasta que cache que me miraba mucho la boca.

— ¿Qué tengo? — pregunté tocándome por reflejo.

— ¿Me dai? — apuntó el coya que tenía en la boca. — nunca he probado el de sandía y no se me ocurrió comprarme uno pa mi.

— Ah sipo, toma. — sin miedo al éxito se lo ofrecí.

¿Esto cuenta como beso indirecto?

Probablemente sí.

Quedé terrible confundio cuando me sonrió y en vez de tomar el dulce me agarró la mano haciéndola a un lado. Seguido me tomó de la corbata acercándome más a su cara y en un abrir y cerrar de ojos sentí sus labios moviéndose lento contra los míos.

Yo tampoco me quedé atrás, se me revolvió la guata pero igual lo agarré de las mejillas profundizando el beso, aquí ya no existía la timidez.

De cagao no le metí la lengua a la garganta.

KEJFKWHFKSJFKJRGJ.

Lamentablemente cuando el aire fue escaso nos tuvimos que separar.

— Me tení como queri, Chenle. — murmure a pocos centímetros de su boca.

Le sonreí, estaba muy nervioso y de pura cuea no me enrede.

— Me gustai caleta flaquito, igual que el coya de sandía. — dijo por última vez.

Y nos volvimos a comer.

me tení mora crema | chenji chilensisWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu