39 |La resurrección de los monstruos|

1K 120 35
                                    

Skylar

Klaus y yo caminamos por el pantano en un intento de encontrar a mi hermana y a los demás lobos, pero se que eso va a ser prácticamente imposible porque si siguen aquí no van a querer ser encontrados y menos por nosotros después de todo lo sucedido en este último tiempo. Mientras avanzamos lentamente y en silencio, intentando escuchar el ruido a nuestro alrededor, noto que el lugar está completamente vacío y la única persona a la que podemos ver con claridad es a Hayley, quién luce bastante triste y desanimada por haber perdido de ese modo a la manada, ella en serio estaba contenta de tenerlos porque los consideraba su familia y me duele que ella esté pasando por eso.

—Vinieron—Murmura sorprendida observándonos con atención

—Elijah dijo que necesitabas ayuda para buscar a los demás y pensó que sería lo mejor para que volviera a ser yo misma—Respondo con simpleza mientras me encojo de hombros algo incómoda—Les dije que este lugar estaba desierto y que no hay nadie aquí desde hace meses, pero ninguno me escuchó

—No, su olor está fresco, se están escondiendo—Afirma con seguridad el híbrido tomando una tela blanca que estaba en el suelo en un intento de encontrar algo—Lo que significa que muy cerca encontraremos los restos de su manada

—¿Y luego qué? No creo que nos reciban con los brazos abiertos, lo único que odian más que a los vampiros es los híbridos, o en mi caso, Trihibrida.

—Lo que odian es su falta de poder, por eso hacen tratos con esa bruja e intercambian anillos, pero no ha llegado a ellos todavía, así que hay que encontrarlos antes y asegurarnos de que se alíen a nosotros.

—Asombroso, pero primero hay que encontrarlos—Exclamo irritada al terminar de escuchar a Klaus hablar, ya que me parece absurdo seguir intentando llegar a ellos, me pasé meses buscándolos y no los encontré, estar aquí es como buscar una aguja en un pajar

—Eso se los dejo a ustedes, ahora ambas tienen los sentidos más agudos que nadie, así que adelante, inténtenlo—Veo a Hayley cerrar sus ojos al escuchar su petición, por lo que la imito para poder concentrame mejor, enfoco mi sentido del olfato en encontrar el rastro de los lobos, pero el único aroma que distingo en este momento es el fuerte perfume de Klaus

—Esto es estúpido, me voy—Informo con frustración antes de intentar irme, siendo retenida por ambos, que se paran frente a mi impidiéndome el paso

—Su pueblo necesita un líder, y tú, amor, eres su reina.

—Yo soy un desastre, lloro todo el día, me alimento toda la noche y en todo lo que puedo pensar es en lo mucho que extraño a nuestra hija, ya no puedo ser la reina de nadie.

—¿Crees que eres la única que sufre?—Interroga el rubio acercándose lentamente a mi—No he dejado de pensar en ella y en cuando me duele, me consuelo imaginando lo que haré si la lastiman

—La manada y yo te necesitamos, Sky, no puedo hacer esto sin ti—Dice suplicante la ojiverde extendiéndome un suéter que estaba en el suelo—Concéntrate

Cierro los ojos olfateando la prenda y me sorprendo un poco al saber la dirección en la que tengo que ir si deseo encontrarlos, pero no lo demuestro y comienzo a caminar. Distingo como Klaus y Hayley se sonríen con complicidad y ruedo los ojos intentando esconder una sonrisa porque aparentemente se pusieron de acuerdo para ayudarme, lo que me agrada bastante porque por lo menos ahora se llevan bién. A lo lejos veo dos cabelleras castañas que reconozco bien y me acerco rápidamente intentando no hacer ruido, me paro en medio de ambos hombres que se encuentran observando con disgusto algo entre los arbustos y rápidamente entiendo que el porqué de sus caras es que cierto rubio irritante dándole ordenes a la manada como si esta fuera suya

𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄Where stories live. Discover now