Jessica Phyllis Lange

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"Hola, en mi cabeza eres tal y como se escribe, Ph Lange. ¿Como se debe pronunciar? Ahora tengo curiosidad.

Quiero contarte un par de secretos, porque ahora mismo siento que eres la única que no está juzgando, lamento si después de esta carta dejas de verme con la misma admiración y curiosidad. Hoy ha sido otro día de terapia, en realidad jamás tuve contemplado ir por mi misma, mi esposo lo sugirió porque en los últimos meses nos hemos alejado un poco en mi defensa argumentó que el libro consumió gran parte de mi energía, y quizá de mi matrimonio, empezamos esta terapia con la intención de mejorar pero siento que todo se está yendo como agua entre nuestras manos, acepto parte de mi culpa, pero el simplemente no parece interesado en mi salud emocional más allá de lo que puedo ofrecerle, y lo entiendo... pero escribir es mi pasión y no puedo dejar mis sueños a un lado por un hombre, no puedo apartar mi éxito y mi carrera para hacerlo feliz exclusivamente a él. Creo que es una de las razones por las cuales comencé terapia de manera sola, estas semanas han sido difícil y me siento triste por no tenerte ahora mismo cerca para hablar de las cosas que nos suceden, odio la distancia. Prosigo... te cuento que mis libros son escritos Gracias a mis sueños, yo sueño algo y automáticamente hago una historia de eso, al parecer el terapeuta dice que tengo una herida de infancia, una experiencia cercana a la muerte... próximamente tendré una hipnosis de regresión a mi infancia y mi vida pasada, estoy nerviosa. Tengo miedo de saber que existe algo mal conmigo y con mi cabeza, perder lo que he construido me aterra... Lange, ya no sé quién soy.

(Por cierto, debes ser la francesa más hermosa)

La misma de siempre, SP"

Jessica Phyllis Lange o como ella solía firman, PhLange porque no se sentía tan contenta con su primer nombre, sintió mucho dolor en el pecho al leer a Sarah tan solitaria y desesperanzada, incluso podía notar algunas letras borrosas, en señal que posiblemente había llorado sobre el papel, dio un suspiró fuerte y se acosto con la carta en su pecho, no podía entender como una mujer tan inteligente y hermosa pudiera ser infeliz, aunque la depresión no conocía clases sociales, cuerpos, mentes, era algo que te atacaba y parecía imposible salir, ella lo había experimentado en carne propia. Sus ojos se llenaron de lágrimas acomodándose en una posición fetal tapándose hasta la cabeza llorando sin saber por qué, no tenía un aparte de esa carta, Jessica suspiró con fuerza cerrando sus ojos para dormir, y estaba segura que lo había lo había logrado pero una voz conocida la hizo saltar en la cama haciéndola abrir los ojos, solo la había oído en un par de entrevistas pero la tenía guardada en su memoria.

— eh? — dijo mirando hacia su ventana notando que era día, la mujer apareció desde su cocina, era Sarah con una linda pijama de Jessica que le quedaba algo grande.

— ¿a qué horas va a despertar, oso dormilón? — preguntó riendo y se acercándose a Jessica para subirse encima de ella y darle un tierno pico.

Jessica se sentía confundida sintiendo el peso del cuerpo de Sarah sobre ella, pero sonrió un poco tomándola de las caderas para dar una vuelta quedando encima mientras la más joven reía feliz, Jessica podía percibir su felicidad en sus ojos — ¿cuando llegaste? — preguntó regando besos en su mejilla hasta su cuello, el olor... un olor de perfume fresco y nuevo, que jamás había conocido antes — no te vayas, déjame hacerte feliz. Se que no la haz pasado bien pero yo puedo...

Sarah la interrumpió tomándola del rostro — estoy contigo, estoy feliz ahora — sonrió pegándose a sus labios, fue un beso tierno, lleno de suaves 'te extrañe' el cual tomó un rumbo más agresivo y apasionado.

Las manos de Jessica subías la bata de Sarah sin dejar de juguetear con su lengua mientras la oía gemir, su piel era blanca, suave y no podía dejar de tocar donde sus manos alcanzaban, deslizando una de ella entre las piernas de Sarah mientras la joven se arqueaba rogando por más, sus besos bajaron a su pecho, en suaves lamidas y succiones sin marcar su piel.

— te amo... — susurró Sarah acariciando el cabello de Jessica cuando esta levanto la vista sonriendo

— te amo, mas — confirmó, y de pronto todo el entorno se tornó obscuro, miró a Sarah asustada pero esta sonreía, su cuerpo sintió una descarga eléctrica y Jess cerró los ojos un momento, pero al abrirlos todo era de noche, su cuerpo estaba boca arriba y su pecho agitado. Definitivamente había sido un sueño.
— estás loca!!! — se dijo Jessica a ella misma tocando su frente y sintiendo una leve molestia entre sus piernas, su cuerpo estaba excitado, sensible y sudoroso, así que comenzó a reírse sola de lo que acaba de soñar, ahora entendía a Sarah un poco. Los sueños se sentían reales al punto que la hicieron mojarse, Jess cerró los ojos apuntó de arreglar el desastre con sus propias manos, pero escuchó el sonido del papel bajo su cuerpo. Trago en seco y decidió levantarse para mandarle una respuesta a Sarah.

I can be that woman Where stories live. Discover now