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*Dos años después*

Sarah corrió por su casa en su batita mientras un pequeño pomeraneo la seguía haciéndola reír, ¿que debían agregarle a la historia?
Ah si, se habían casado. Todo empezó en primera cuando Sarah tuvo que tomar muchas loratadinas por el clima y poder salir de casa para dar un paseo, sus celajes favoritos se pintaban en esa época cuando los días parecían más cortos, y comenzaba a obscurecer pintando el cielo -y la vida- de colores cálidos a pesar del aire, pronto se comenzarían a preparar para una linda noche de Halloween, y después otra navidad juntas.

Jessica venía distraída caminando cuando se le ocurrió que sería bonito subir a un edificio alto para ver el atardecer y quizá beber alguna copa, y así lo hicieron. El restaurante tenía una vista increíble el cual ya estaba aparto por Jessica. Y ahí mismo fue, con música en vivo, Sarah se descuidó un segundo mirando al cielo cuando Jessica se arrodilló frente a ella haciéndola tragar en seco, sus labios se entreabrieron haciéndola sonreír. Jess ni siquiera había dicho una palabra, pero Sarah gritó un "SI QUIERO CASARME CONTIGO". Luna de miel en Grecia, y un breve tour por Roma, todo lo que les deparaba el futuro se veía claro y maravilloso. Después de regresar se mudaron a una casa más grande, con una linda mascota, Sarah no le pregunto a Jess. Llevo al perrito y no hubo escapatoria, pero era adorable.
Por otro lado, Pedro se casó. Tuvo dos bebés adorables, los cuales Jess y Sarah ya conocían.

— ¿amor? — preguntó Jess soltando una risita al oír las pisadas de Sarah combinadas con las patitas rápidas de su chiquito. — amor!! Deja de jugar, ven aquí. — alzó la voz dejando el Mercado en las alacenas y refri

— aquí! — dijo Sarah agitada corriendo hacia Jess para besar su nuca — hola mi vida, te ayudo... — tomó las bolsas buscando el concentrado de Sushi, la mascota para ponerlo en su platito.

Jess miraba a Sarah sonriendo y le dio una nalgadita riendo por su batita corta — Que bonita se ve usted. — le guiñó el ojo y Sarah se sonrojó riendo bajito.

— ven aquí... — suplicó Sarah acercándose para besarla suavecito enrollando sus brazos en el cuello de su esposa sonriendo entre besos mientras ella la recorría con las manos haciéndola suspirar con fuerza de lo enamorada que se sentía.

—Te extrañe gran parte de la mañana— le dijo dándole otro suave beso y apretando su cadera contra ella, Jessica trago grueso al sentir electricidad por todo su cuerpo. La miró a los ojos y se acercó para besar su mejilla suavemente, después la esquina de sus labios y sonrió de nuevo con una sonrisa pícara —siempre te ves hermosa...

— no puedes vivir sin mi, Soy parte de ti y me amas, soy tu pesadilla de alguna manera. — sonrió sintiendo su cuerpo algo erizado por el roce de la bata y el cuerpo de Jess — demuestra cuanto me extrañaste...— dijo en un tono algo sensual acariciando su cabello cuando beso su mejilla y sus labios

Jessie solto una suave risita y mordio su labio de nuevo mirando hacia abajo, el cuerpo de Sarah, sus ojos de nuevo se clavaron en los de ella y abrio sus labios para besarla esta vez profundamente presionandola contra ella, su lengua sin pena entrando en la de Sarah, su respiración se agitó y terminó empujando a sarah contra la puerta del refrigerador acorralandola entre besos bajando su mano hacia la pierna de sarahmetiendola dentro de la bata para tocar su muslo

Sarah se agitaba con cada mirada y cada roce que provenía de Jessica sintiéndose excitada, no pudo controlar sus ganas y la pasión que sentía beso a Jessica con la misma intensidad haciendo ruidos con su boca por los besos fuertes — Jess! — jadeó Sarah arqueando su cuerpo mientras subía su pierna a la cadera de su mujer moviendo su pelvis sensualmente sin dudar un segundo, se sentía sensual y deseada

I can be that woman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora