9

21 3 0
                                    

9: ACERCAMIENTOS INAPROPIADOS

—Lo haces mal —informo a Aria, tras esquivar por cuarta vez su intento de ataque.

Bufa frustrada, echándose hacia atrás para mirarme molesta, mientras cruza sus brazos.

—¿Qué se supone que he hecho mal ahora?

—Lo mismo que las tres veces anteriores —respondo con media sonrisa—. Si quieres contraatacar y nos defenderte con los puños, debes cerrarlos de manera correcta para evitar hacerte daño en los dedos.

Tomo su mano con suavidad para formar un puño con ella.

—El puño debe cerrarse poniendo el pulgar junto con los dedos —explico, mientras coloco su mano en la posición —, no encima, para evitar que quede expuesto y que se fracture cuando te defiendas. Tienes suerte de que no te permite que me golpees, porque probablemente ya te lo habrías roto.

—No puedo hacer todo a la vez, Calix —suspira, frustrada—. Es difícil acordarme de colocar bien el pulgar si también tengo que asegurarme de posicionar los pies de la forma correcta, de subir los brazos a la altura de mi cara, de doblar la cadera y las rodillas y de quinientas cosas más. ¡No consigo acordarme de todo!

—No te alteres —suelto su mano, alejándome un paso de ella—. Solo llevas dos semanas practicando, es normal que al principio no consigas hacerlo del todo bien.

—Son dos semanas. Se supone que al menos debería saber colocarme bien, y ni siquiera soy capaz de hacer eso.

—Estás distraída. Ese es el motivo por el que no haces bien las cosas. No te concentras. ¿Puedo saber qué te ocurre?

—Solo... Mhm... Solo he discutido con mi madre.

—¿En serio? ¿Por qué? —pregunto interesado, mientras enrollo un pañuelo en su mano torpemente.

—Creo que me oculta cosas.

Me quedo inmóvil. Mi mirada se levanta hasta encontrarme directamente con la de Aria. Sus bonitos ojos azules observando mi atención con curiosidad. Abro y cierro mis labios, pensando una respuesta adecuada para su confesión.

—¿Por qué lo crees?

—Porque cada vez que saco el mismo tema, trata de esquivarlo, me ignora y habla de algo completamente diferente o se enfada.

—¿De qué le hablas? —suspira pesadamente, indignada.

—Le he dicho que quiero ir... Al mundo de los humanos —sonrío de lado.

—No es el mundo de los humanos. No se dice así.

—Me da igual como se diga, tú me has entendido.

—Bien, continúa.

—Quiero ir allí. Le dije que me habías hablado de ese lugar y se enfadó muchísimo —aprieta los labios—. Yo también me enfade porque ella me había estado ocultando eso, aunque no fuera importante, pero tengo derecho a saberlo y ella simplemente... Me oculta cosas. No es la primera y única vez que lo hace. La he escuchado hablando con Zeus de algo que aún no consigo adivinar, cada vez que le pregunto por ello, me ignora y finge que no le he preguntado nada.

—Y estás molesta.

—¡Mucho! —grita, apretando los puños— ¿Tienes alguna idea de lo que ella y Zeus pueden ocultar?

Sí, cariño, pero no me hago una idea. Lo sé.

—No —me limito a responder—. Quizás son temas sin importancia.

—No me entiendes, Calix.

—Claro que te entiendo. Entiendo que estés molesta porque te oculten cosas, pero quizás tú no necesites saber qué temas son —entreabre los labios, mirándome incrédula.

ARIA #2 (EDITANDO)Where stories live. Discover now