epílogo

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Epílogo: ¿has oído hablar del Fjaka?
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-aaaaaaaaa- personaje hablando

aaaaaaaa - personaje pensando

aaaaaaaaa - ser sobrenatural hablando

aaaaaaaa - ser sobrenatural pensando

Obviamente, los personajes y el mundo Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto, yo solo aportó la historia y entierro a boruto en lo más profundo del infierno para que no vuelva a salir. No autorizo ​​el plagio de mis obras.

Naruto anduvo por los pasillos del complejo uzumaki, vestido con su camiseta negra con una espiral naranja que usaba para dormir y su pantalón corto naranja a juego, con su vaso de agua preparado. Joder, vaya día. En serio, si el torneo había sido movido, lo que vino después no se quedó atrás: ser inmovilizado por cinco anbu, Sakura y Tsunade para que pudiesen atender a su amigo uchiha y llevarlo al hospital para que estuviese en observación; recibir el traje y la insignia que le acreditaban como chunnin entre los gritos de aclamación de todos los allí presentes; y luego esa cena de celebración con los kage y demás dirigentes y nobles, donde dio las gracias al cielo por tener como novia a una veterana exdirigente de un país con extenso conocimiento en protocolo… en serio, ¿Qué problema había en que saludase al daimyo del país del fuego llamándole "viejo"? Si ser algún día hokage (que, después de ver a kakashi sobrellevando quería esa pequeña quiebra de la aldea tras la infame noche de karaoke, cada vez tenía menos ganas…) de las ganas de verle a él con ese sombrero tan feo, iba a ser más pronto que tarde, por lo que debería que darse prisa… Pero bueno, el caso es que ya todo había acabado. Ya estaba en casa, ya se había puesto su pijama… aunque notaba algo raro en la decoración de la casa, era un tanto… visto como le habló el daimyo de las ganas de verle a él con ese sombrero tan feo, iba a ser más pronto que tarde, por lo que tendría que darse cuenta de prisa… Pero bueno, el caso es que ya todo había acabado. Ya estaba en casa, ya se había puesto su pijama… aunque notaba algo raro en la decoración de la casa, era un tanto… visto como le habló el daimyo de las ganas de verle a él con ese sombrero tan feo, iba a ser más pronto que tarde, por lo que tendría que darse cuenta de prisa… Pero bueno, el caso es que ya todo había acabado. Ya estaba en casa, ya se había puesto su pijama… aunque notaba algo raro en la decoración de la casa, era un tanto…

-Pero, ¿Qué demonios? - se preguntó Naruto con los ojos como platos tras llegar a su cuarto, ignorando cualquier pensamiento anterior y tirando su vaso de agua al suelo… y como para no hacerlo. Frente a él, en su cama de matrimonio, se encontraron una sorpresa… y doble. Por un lado, Shion, con su explosiva figura vestida con un picardías de encaje blanco, apoyada sobre sus rodillas en el mullido colchón y con un suave sonrojo; y acompañada de la otra parte de la sorpresa, una Sakura también en un picardías (solo que en su caso rojo), que se mordía el índice con una mirada de deseo mientras le revisaba de arriba abajo. Naruto se frotó los ojos con confusión y excitación a partes iguales, ¿habría muerto y este era el paraíso de Sakuras y Shiones chanes del que hablaban sus clones? - Etto… ¿hola? - pudo balbucear,

-Hola baka… - saludó Sakura, mientras seguía mordiéndose su dedo índice con lascivia y movía su perfecto trasero de forma sugerente. Pero el uzumaki estaba en shock, sobre todo tras ver eso último, como para desviar sangre del pene a las piernas y acercarse ...

-Naruto kun, no seas tímido… ¿acaso nos tienes miedo? - le tentó Shion, levantándose junto a Sakura para atraer a su novio a la cama.

-N… no, Shion chan… pe… pero, ¿estoy en el cielo? - preguntó un totalmente confundido Naruto, siendo tomado de una mano por cada mujer.

-No, pero lo vas a estar pronto… - le susurró Sakura, mordiéndole el lóbulo de la oreja con suavidad y haciéndole estremecer.

-Sakura y yo llevamos bastante tiempo discutiendo algo, Naruto kun… - anunció Shion, empezando a acercarse a Naruto hasta que notase sus pechos contactar con su brazo, haciéndole gemir involuntariamente. nos hagas tuya? Sentimos un gran ardor cada vez que te vemos, unas ganas de cabalgarte brutales… nos enfadamos entre nosotras incluso porque cada una te quiere por entero y cuanto antes…

Fjaka, o el arte de no hacer nadaWhere stories live. Discover now