🌿 Capítulo № 9

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Taehyung observa sus brazos, directamente a las marcas que ha dejado la aguja del catéter al haber anteriormente atravesado su tersa piel de caramelo. Cuando lo hace, la mirada en sus ojos se entristece, se vuelve tan deprimente y nostálgica, que en ella el resplandor de cristales del mar salado se refleja en gotas de agua, igual a un espejo que muestra la verdad de sus tormentos, de la cruel e injusta realidad que tuvo que aceptar desde que el diagnóstico no fue esperanzador en su caso.

Con sus dedos toca la zona dañada, desliza la yema de estos cuidadosamente y redondea cada parte, evitando lastimar más de lo que ya se encuentra. Al hacerlo un suspiro sale de sus labios, frío y desolado, y se pierde por alguna parte de la desordenada habitación. Alza entonces su rostro, aparta su vista de donde la causa de su actual dolor se encuentra y la lleva a la holgada sudadera que reposa a la orilla de la cama, se dirige a ella en dos cortos pasos, y con el corazón latiendo débilmente la toma, la coloca sobre su delgado cuerpo y cubre todo lo que puede con esta.

Oculta cada gramo de su dolor debajo de ella.

Termina de vestirse usando un overol holgado sobre la primera prenda y un sombrero de paja encima de su cabeza, y al soltar un largo suspiro, se gira sobre sus talones y, antes de salir por la puerta, da un rápido vistazo a su reflejo en el espejo que cuelga en la pared. Se mira a sí mismo, al color sombrío bajo sus ojos, la palidez de su rostro y lo cansado que se ve junto a estos. Aprecia cada facción desgastada y sonríe. Se dedica una sonrisa resentida, y con la poca fuerza de voluntad que aún le queda sobrando en el interior, sale de la habitación, dejando atrás la oportunidad que tiene de echarse a llorar bajo las almohadas al entender que su imagen ese día no era la mejor ni la más linda.

Dibuja una tonta sonrisa resignada y a paso veloz va directo al patio trasero de la casa que está al frente de la suya, donde su vecino lo espera, en el jardín que cuida y protege con todo su amor.

Se dirige a las flores que próximamente seguirán el mismo camino que él.

— Hyung —saluda al llegar. Taehyung elimina cualquier señal de que se encuentra enfermo y hecho cenizas por dentro, conecta miradas con el mencionado y se acerca hasta donde él está sentado.

— ¡TaeTae!

— ¡Tae!

Sin embargo Jimin y Hoseok son los que corresponden al saludo instantáneamente, sus dos amigos le reciben desde donde su vecino está y le sonríen en grande, aliviados de que finalmente haya aparecido por ahí. Yoongi, en cambio, bufa a lo bajo y lo observa con detenimiento, rogándole con la mirada que lo aleje de ese par de odiosos que lo único que han hecho desde que aparecieron es reírse a carcajadas y preguntarle cosas sin sentido.

Lo tienen extremadamente fastidiado.

— ¿Vinieron antes que yo? —señalando la sábana que cubre una parte del césped, les pregunta y estos asienten simultáneamente, mostrándole orgullosos las demás cosas que han traído para esa tarde en que todos decidieron reunirse en casa de los Min.

— Queríamos arreglarlo un poco antes de que vinieras —explica el de mirada de ángel, Jimin agranda su sonrisa mientras sus orbes forman dos líneas curvas muy bonitas que se asemejan a la media luna—. Así que con Hobi decidimos llegar antes para poner “la mesa” y decorar. ¿Ves las frutas y la gelatina en el centro? —pregunta y Taehyung mueve la cabeza afirmando—. Fueron mi idea, yo las traje.

— Los cojines son míos —siguiendo la plática, Hoseok menciona con verdadera alegría, le guiña un ojo y con un movimiento ligero de manos le invita a sentarse junto a ellos—. También los cubiertos y la vajilla, tuve que rogarle a mamá para que me los prestara. Resulta que, aún siendo yo su hijo, es difícil lograr que ella me dé sus preciados platitos y tacitas de porcelana.

Ladrón de Flores |YoonTae| (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora