Capítulo 6.

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Los últimos días habían sido caóticos en la usualmente tranquila secundaria Mizo. La Toman se había adueñado de la escuela, prácticamente intimidando a cada estudiante descuidado en busca de información.

Takemichi estaban nervioso y asustado sabiéndose como el principal causante de aquel lío. Temía por su bienestar.  Se sobresaltaba cada que alguien se acercaba. Parecía un chihuahua de lo mucho que temblaba.  Y es que, aunque su identidad aún seguía a salvo, tenía muchos  ojos alrededor  y le dificultaba concentrarse.

Ahora mismo, ni siquiera podía pensar con claridad en los sucesos recientes, ¿Cómo fue qué iniciaron con esa locura en primer lugar?

— ¿Y ahora qué vamos a hacer? Es imposible llevar la carta.— El grupo de amigos estaba reunido en la cafetería, revolviendo sus comidas sin mucha hambre.

—  No lo sé, ¿Podemos rendirnos ya? — Preguntó Takemichi, cerrando sus ojos cuando sus amigos le gritaron al unisonido un rotundo: no. Le desesperaban a veces. Terminó empujando su bandeja a un lado, era seguro que no podría comer tranquilo. 

— Algo debemos hacer, ¿Ya tienes la cartita de hoy? Hay que aprovechar que todos están comiendo o en los clubes. — Dijo Makoto, levantándose de la mesa con su bandeja en manos, seguido Akkun que también estaba dispuesto a cumplir con la misión del día. Takemichi asintió dudoso, pero no le quedó de otra que pararse con valentía.

— Es peligroso y no quiero morir aún.— Vaciló, siendo arrastrado por Takuya fuera de la cafetería.

—  Takemichi, vamos ya.

Si las cosas se ponían mal, él sería el primero en huir. Eso era seguro.

Los pasillos seguían abarrotados de gentes, algunos estudiantes charlando sin prestar atención a su alrededor.

Ninguno de los amigos de Mikey estaba cerca, ni conocidos tampoco. Era el momento perfecto.

Takemichi sacó la carta de su mochila y mientras los demás hacían guardía o trataban disimuladamente de ocultarlo de la vista, metió el trozo de papel por la hendidura del casillero de Mikey.

Casi sintió alivio cuando lo consiguió sin ser visto.

Sin embargo,  una voz que conocía muy bien se escuchó a la distancia, ¿Ese era Baji?

Maldición.

Sudo frío al darse cuenta que estaban a punto de ser descubiertos. Era el fin.

sin embargo, sus amigos fueron más rápidos y al darse cuenta que la Toman se acercaba. Se metieron en medio de ellos, fingiendo demencia.

¡Era la oportunidad de correr!

Mientras el rubio teñido huía sin contemplaciones, sus amigos valientemente se enfrentaban al enojo del equipo de karate.  El menudo cuerpo de Akkun rodó tras un empujón, Yamagishi se quedó sin nariz después de un golpe de Baji.

Lo importante, es que al parecer nadie sospecho que todo se trataba de proteger la identidad de Takemichi. La Toman solo pensó que era un grupo de niños buscando pelea.

Takemichi dobló por el primer pasillo que encontró sin prestar atención al frente, siendo así como consiguió chocar con otra persona. Su cuerpo se tambaleó por la fuerza del empuje, cayendo de bruces al suelo.

— Lo sien... — La palabra murió al levantar su mirada y encontrarse con un rubio cenizo que conocía muy bien.

¡Era amigo/novio de Baji! Por dios, ahora si estaba en serios problemas.

— Con que eres tú el admirador secreto de Mikey. — La sonrisa del chico tenía un toque de malicia, lo miraba entre divertido y curioso con esos ojos verdes centelleantes.

Takemichi no podía negarlo, era hermoso y delicado a la vista.

— Yo... yo... — Tembló sin saber que decirle. Sus ojitos se aguaron de la vergüenza.

— ¡Oye! Tranquilo, no diré nada, hablemos primero. — El joven le tomó de la mano y lo ayudó a levantarse, luego, pareció darse cuenta de la presencia de sus amigos y lo guío lejos de ese pasillo.

— Mi nombre es Chifuyu. — Se presentó el chico, mostrándose  simpático ante él.

— Soy Takemichi, ¿Por qué no me delataste? — Preguntó sin rodeos, deteniéndose a mitad del pasillo, muy cerca de los baños. Allí no habían muchas personas, podían charlar sin preocupaciones.

— Supongamos que me caes bien, he tenido unos días muy interesantes gracias a ti. No todos los días alguien le envía cartas  a Mikey. — Y era cierto, a Chifuyu no le interesaba la identidad del famoso admirador del capitán, pero, ahora que lo sabía, era muy provechoso.

—  Bueno, supongo que... ¿Gracias?

— Nada de eso, al final si quiero algo a cambio, pero te diré después... Y no hagas es cara, no es dinero.— Aclaró Chifuyu al ver lo pálido que se había puesto el rubio teñido.

— Está bien, no tengo más opción que confiar en ti. — Derrotado, dejó caer sus hombros.

— Por el momento, solo quiero que seamos amigos, vamos, te llevaré a mi club para que nadie te moleste. Es muy divertido, allí leemos y discutimos sobre los mangas más recientes.

Chifuyu divagó sobre el club de mangas (como pensó que se llamaba), mientras en la mente de Takemichi seguía preguntándose si era conveniente confiar en él, de igual forma, un nuevo amigo no le caería mal a esas alturas.

...

Por otro lado, más exactamente en el jardín trasero de la escuela, un chico despreocupado, leía una carta apoyado en uno de los árboles.

"Mikey-kun,
Me enteré que tus amigos están tratando de descubrir mi identidad.

¡Por favor dejen de espantar a todo el mundo!

¿Quieres saber quién soy? Puedo hablarte un poco de mí. No soy el mejor de mi clase, me gusta pasar el tiempo con mis amigos y montar en bicicleta.

También me gustas tú.

Atte: tu admirador."

Mikey normalmente no le daba importancia a las cosas, de hecho, parecía que a veces no tenía ganas de nada, pero leer esas cartitas definitivamente le sacaban una sonrisa.

Y que ninguno de la Toman se enterara. Quería seguir leyendo más.

¡Hola! Espero estén teniendo un buen día.

¡Gracias por leerme!

Aprovecho para  preguntar, ¿Qué tal va la historia? ¿Creen qué deba añadir algo más? ¡Gracias por sus comentarios y sus votos!

Team Takemichi Vs Team Mikey.Where stories live. Discover now