Capítulo 24.

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Mikey estaba enamorado de Takemichi. Una realidad que le costó aceptar, por su actitud despreocupada y esquiva, pero estaba enamorado.

¿Cómo sucedió? O más bien, ¿Cómo llegó a la conclusión?

Takemichi se había colado en sus pensamientos día y noche. Cuando comía de sus preciados dorayakis, pensaba en Takemichi. Esos ojos azules y llenos de vida aparecían tras sus párpados cerrados cuando  tomaba una siesta. Su voz, su carisma único. Todo en él, le producía cosquillas en su panza que al comienzo pensó que eran lombrices por comer tantos dulces.

Estaba enamorado.

Y por eso mismo, le frustraba enormemente que Takemichi lo ignorara.

Rechazó al chico de las cartas porque quería serle fiel al rubio. Por supuesto no quiso sonar tan cruel, pero  era la mejor forma de deshacerse de ese amor imposible que le profesaban.

Creyó que Takemichi lo tomaría como una muestra de su fidelidad, sin embargo pasó todo lo contrario.

Takemichi se estaba alejando de él. Y sus pegajosos amigos no hacían más que fastidiarlo. Senju por ejemplo, era una piedra en el zapato, siempre abrazada al cuello de su querido ojiazul. Su paciencia se estaba yendo a la mierda, Afortunadamente tenía a Draken que lo ponía en su lugar.

¿Cuánto más podría soportar?

Los días habían pasado muy rápidamente y al llegar el sábado, la confesión de Hakkai era de lo que todos hablaban.

Emma y Yuzuha planeaban cada detalle como si fuese su propia confesión. Fingía arcadas cada que la pareja se ponía cursi, aún no entendía como esas dos se habían juntado y era tan raro. Trataba de no darle muchas vueltas al asunto o acabaría llorando por su Drakemma.

Emma lo convenció de ir al santuario para la celebración. Accedió solo porque seguramente Takemichi estaría allí.  Y sí, el rubio teñido había llegado acompañando a Chifuyu. Con todo eso de darle espacio, apenas y lo veía desde lejos. Se notaba contento y despreocupado, mejor que los días anteriores, mucho más animado.

Una sonrisa surcó en sus labios, con todo el revuelo de la confesión, él mismo se preguntaba como sería una  propia, ¿Takemichi lloraría? ¿Vomitaria? ¿Sería cómo Hakkai y se desmayaría?

Tan sumido en esos pensamientos, que no notó la presencia de Takemichi  hasta que  le habló. Abrió sus ojos y lo miró, contento de sentir ese calor que tanto extrañaba.

La conversación fue bastante trivial entre los dos. Takemichi como siempre disculpándose de algo que no era su culpa.

Por segundos vio en los ojos del chico la indecisión y se preguntó qué lo atormentaba. Deseaba borrar ese miedo de sus pupilas, tomar sus manos temblorosas. Bromeó para aminorar el ambiente, pero a Mikey casi se le sale el corazón cuando sin querer le preguntó: "¿Te gusto?"

Sí, sí, quería escuchar un sí, pero se le salió otra cosa y no había vuelta atrás.

Baji los interrumpió y no le quedó de otra que ir, de lo contrario se pondrían pesados y no estaba de humor para sus juegos. 

— ¿Qué quieren? — Preguntó tosco, sin entender la tensión que se formó de pronto. Todos callados, a excepción de Chifuyu.

— Mikey, hay algo que debo darte. — Y le extendió una carta. Mikey inclinó su cabeza confundido, formando una mueca en sus labios.

Otra vez no.

— ¿No quedó claro que no quería saber de estás tontas cartas? — Chifuyu se encogió de hombros y no le dio importancia. Siguió con la carta en el aire.

Team Takemichi Vs Team Mikey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora