Mafiosos SIN Problemas [VERSIÓN ADOLESCENTE DE MAFIOSOS EN PROBLEMAS]

☆♬○♩●♪✧♩ Protegiendo Yokohama♩✧♪●♩○♬☆

Dazai se había convertido en el Jefe de la Port Mafia desde hace cinco años, aunque Mori seguía apoyándolo. Una organización proveniente de China se acercaba con intenciones de tomar el territorio de Yokohama y volverlo de su propiedad, lo que ocasionaría graves problemas.

Con su ropa oscura de la mafia, Dazai y Chūya se presentaron al Instituto antes de ir a la sede. Debían tratar el asunto del profesor de Ryū y no sólo eso, con los alumnos que acosaban a Ryū.

Entraron al Instituto y eran observados por varios curiosos, alumnos y profesores, en hora del receso. Sentían un poco de miedo al verlos.

No parecían una pareja casada, sino, un par de compañeros mafiosos como lo que en verdad eran dentro del territorio de su trabajo.

"Que mocosos tan molestos, Dazai. Se nos quedan viendo raro. Parece que nunca vieron a tipos vestidos de negro".

Se quejó Chūya, acomodando su sombrero. Pese a los 31 años que ambos tenían, aparentaban menor edad. La juventud no se iba de su lado y eso los volvía atractivos.

"Algunos de estos niños maleducados han estado haciendo sentir mal a mi Ryū, digo, nuestro Ryū. Ni siquiera merecen que mi hermoso Chūya los voltee a ver. No los mires, que me pone celoso. Chūya, lo haremos esta noche si todo sale bien con la misión. Como aquella primera vez. Sólo, esfuérzate más, que es bastante pequeña".

Susurró Dazai.

Ante este comentario, Chūya se sonrojó, y jaló un poco su sombrero hacia enfrente para evitar ser visto por los demás. No quería seguir la conversación, era inapropiada para el momento y bastante vergonzosa. Aún así, hizo un comentario con el mismo volumen bajo de voz. 

"Pequeña o no, te hice a Ryū y lo amas. No me salgas con estupideces ahora".

Murmuró entre dientes, sin voltear a ver.

"C-Creo que allá es la Dirección. Vayamos, Dazai".

Añadió.

Decididos, entraron a la oficina del Director, quien sintió un poco de miedo al verlos vestidos de ese modo. Traje negro, gabardinas, guantes, sombrero, joyas de lujo. Sólo significaba una cosa: Port Mafia, la organización más temida en toda Yokohama.

"Buen día, ¿puedo ayudarles en algo? ¿Ustedes... Son ex estudiantes de hace un par de generaciones?".

El director jugaba con un bolígrafo, tratando de tranquilizarse. Nunca se sabe qué podrían hacer un par de integrantes de la Port Mafia en un Instituto. No estaba preparado para ninguna mala sorpresa.

Chūya se puso de pie y buscó en uno de sus bolsillos su teléfono móvil. El Director se asustó creyendo que sacaría un arma de fuego. Dió un pequeño salgo de sorpresa.

"Director, ¿se encuentra bien?"

Chūya buscaba las últimas dos fotografías que había tomado la noche anterior. Eran de las heridas de Ryū, ocasionadas por los látigos.

"E-E-Estoy bien".

Titubeó.

"Verá. Venimos a comentarle que el alumno Ryūnosuke Dazai ha estado sufriendo acoso de parte de sus compañeros de clase. Así mismo, un profesor de apellido "Hattori" le da castigos severos cuando Ryūnosuke es inculpado injustamente. Vengo a pedirle que despida a ese profesor y que controle a sus niños, director. ¿Lo hará?".