Capítulo seis

1.8K 242 40
                                    

────────────────── ⋆⌘⋆

Han pasado sólo 10 minutos desde que había empezado con las asesorías y gracias a Dios, Yoon Gi no ha hecho nada más que gruñir cuando el Omega y su primo quedan demasiado cerca o se sonríen entre sí. Para Jung Kook, se sentía agradable; estaban debajo de un árbol que les daba sombra, el aire hacía que sus ramas chocasen e hicieran un ruido relajante.

—¿Cuánto tiempo van a tardar aquí? —pregunta, interrumpiendo mientras está escribiendo algo en su celular.

—Como... una hora o un poco más —Jung Kook mira el reloj que adorna una de sus muñecas.

—Bien. Me voy —se pone de pie—. Toma esto, si quieres puedes comprarte lo que sea para comer —Deja unos billetes dentro de la mochila del Omega y se comienza a ir.

—¿Irás a trabajar?

El Alfa sólo encoge sus hombros, pero nunca detiene su paso.

—¿Es difícil tratar con él, Jung Kook? —Ho Seok pregunta, una vez Yoon Gi ya no se encuentra en su campo de visión—. No sé por qué actúa así contigo. Muchas de nuestras tías lo aman por ser protector.

—No sé, desde siempre ha sido así conmigo.

—¿Así cómo?

—Hostil e idiota.

Ho Seok asiente riendo por lo bajo, copiando unas cuántas cosas en su libreta.

La asesoría va bien, el Alfa aprende bastante rápido al parecer. Ho Seok siempre fue amable con él y en ningún momento insinuó algo o dijo cosas subidas de tono. Al contrario, dijo que estaba feliz de tenerlo en su familia y aún más feliz de que pronto sería tío. Dijo que, de los primos, Yoon Gi era el primero en emparejarse y tener un hijo. Bueno, igual el Alfa era de los más grandes de entre sus primos, su familia aún era joven.

Con el dinero que Yoon Gi le dio, vio que podía comprar algunas cosas en el supermercado. Eso sería mejor porque así con eso comerían los dos. En el pequeño lugar compró algo de beber, pan, ramen instantáneo y leche de fresa, porque sabía cuánto el Alfa amaba tomarla. También recargó su celular con algo de saldo. Vio la hora y ya eran cerca de las 6 p.m. y todavía tenía que esperar por el autobús que lo llevara a casa. Caminando a la estación, pasó por una tienda de arte, ahí compró una lata pequeña de pintura blanca en aerosol. Tenía un trabajo con Tae Hyung el viernes, así que mejor lo compraba de una vez.

En el camino, suspira feliz, sólo quiere llegar a casa y comer algo, para después tomar una ducha y dormir hasta el día siguiente.

Cerca de las 7 p.m. está abriendo la puerta de su hogar. Huele a cigarro y otras cosas que revuelven su estómago, por la entrada de la cocina puede notar apenas salir una finísima capa de humo. Dentro está Yoon Gi, acompañado de dos Alfas más y a esos Jung Kook no los conoce. Hay botellas vacías en la mesa, también vasos sucios y una botella de whisky barato a medio tomar.

—Ehh... —Jung Kook entra con las bolsas y las coloca en la mesa del comedor.

—¿Es tu omega, Yoon Gi? —Un Alfa en completa ebriedad -y tal vez drogado-, pregunta. El más joven no contesta—. Tiene buen culo.

El Omega abre su boca, pero no sale nada, sólo mira con incredulidad como Yoon Gi asiente, y después reírse. Los otros le siguen.

Jung Kook se prepara un sándwich, bajo la mirada burlona de los tres Alfas. Cuando termina se va sin decir nada a su habitación. Ahí pasa todo el tiempo, encerrado. Más tarde, se ducha rápido y con el cabello húmedo, se duerme. No durmió bien, se despertaba a cada rato, siempre oyendo risas provenientes de afuera y un poco de música. 

Ven aquí, y ámame | yoonkookحيث تعيش القصص. اكتشف الآن