Capitulo veintiocho | Precio

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Capitulo veintiocho.


Alessio


27 de marzo, 2017.


Parpadeo un par de veces antes de fregar mis ojos con mis dedos, a veces era un engorro trabajar tanto tiempo frente a una pantalla y nunca terminar. Al parecer logro moverme lo suficiente para hacer remover al cuerpo que reposa al lado contrario de la cama.

Cassandra respiraba tranquilamente y su rostro completamente relajado era una de las cosas que nunca olvidaría. Sus facciones sin ningún rastro de maquillaje en ellas, y completamente relajadas eran completamente cautivantes.

En algún momento tomo de su mano la olvidada tableta y la apago, logrando ver su última pestaña abierta.

Cunas.

Cuando me había sentado contra el respaldar de la cama, buscando comodidad mientras terminaba los últimos detalles de mis próximas adquisiciones, no hubiera imaginado que ella vendría a mi lado a mostrarme artículos de bebes.

Lo gracioso era que de todas las miles de elecciones que había, yo debía decidir entre las que ella quedaba indecisa. Algo que apreciaba porque no podía verme a mi mismo decidir entre todos los diferentes cambiadores, con diferente accesorios y artilugios. En cambio, solo tenía que ver entre dos o tres y escoger.


Aunque había visto como capturaba todos los muebles que habíamos escogido una parte de mi sabía que no podría comprarlos, no aún. Solo debía pasar mi vista por todo el cuarto que teníamos. Estábamos viviendo prácticamente en el hotel, la suerte era que ya había terminado con mis obligaciones laborales en Italia.

Pero ahora, ¿Adonde?

¿Adónde debía dirigirme? No deseaba establecerla nuevamente en ese costoso lugar que me pidió en un principio. Los hoteles nos serian un hogar para ellos, para mi hijo.

Sin embargo, ahora tampoco deseaba dejarla sola, no la dejaría desprotegida después de todo lo que había pasado en las ultimas semanas y todo lo que había logrado que me contara.

No entendía que estaba pasando, pero algo había cambiado. Siempre veía a las mujeres como lo que la mayoría eran, interesadas. Trepadoras. Manipuladoras.

Nunca dejaría de hacerlo.

Pero Cassandra, ella era diferente. Había pasado por mucho, tenia un gran peso sobre sus hombros y, aun así, vivía. Sonreía. Disfrutaba el momento. Vaya mujer. Suspiro antes de cerrar la portátil y dejarla cerca, estoy dispuesto a irme, pero mi cuerpo me exige un descanso. Aun cuando intento recostarme sin tocarla, no lo logro, es más, la siento removerse hasta quedar cerca de mí.


La suave luz de la habitación era suficiente para dejarme ver su rostro mirando a mi dirección, mientras aun estaba en su profundo sueño. Una mujer bonita, especial y valiente.

Quien lo diría.

Mis ojos siguen el trazo de su perfectas facciones, unas arqueadas pestañas, una delicada nariz y unos carnosos labios, bonitos, llamativos y suficientemente tentadores.

Me relajo lo suficiente mientras muchas cosas pasan por mi mente, todas ellas, relacionadas con el rostro de ángel que tenia a mi lado completamente dormida.

Quiero Negociar |DS#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora