6. ¿Niké o Afrodita?

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[N]

Ahora mismo quisiera estrangular algo; o a alguien. ¿Por qué no vienes aquí, Zeus? 

Bien, mejor que no.

Avanzo disimuladamente hasta la puerta, llevando a Jason casi a rastras conmigo.

En eso, Annabeth se introduce en la Casa Grande, dándome la impresión de que ya está enterada de que su madre está relacionada con esto. 

Se sienta al lado de Percy, con el que parece murmurarse un par de cosas. 

—Nico, vas a romperme el brazo. Cálmate—me dice Jason con un resoplido.

—¿Calmarme?—gruño—, hay una profecía y Aimee, la chica nueva, irá a la misión. ¿Te parece poco? ¿¡De qué te ríes!?

Jason me da una mirada mitad orgullo y mitad diversión. Me apresuro a callarlo.

—No, ni te atrevas a insinuar algo que no es cierto.

—¿De qué hablas? Nico, pareces nervioso...—canturrea reprimiendo una carcajada.

—¿Sabes qué? No se puede contigo. ¿Quieres poner en riesgo a tu media hermana? Bien, en tu consciencia recaerá—pruebo una técnica diferente tratando de zafarme de esta absurda conversación, que lamentablemente he iniciado yo.

—Oh, vamos, Nico. ¿No crees que estás algo paranoico?

—Uh, sí, creo que estoy siendo algo exagerado... ¡No te rías, maldición!—Suelto lo último demasiado alto, por lo que todas las personas en  la habitación voltean hacia nosotros.

—Jason, ¿tienen algo que decirnos?—Nos llama la atención Quirón, con un tono que lo único que logra es darme ganas de pedirle silencio.

—Planeamos una estrategia—se me escapa y hago lo posible por no reír.

Percy y yo hacemos contacto visual por unos segundos y miro en él una risotada reprimida.

Me hace un gesto con la mano, insinuando mi decapitación. Me río interiormente.

—¿Pueden ser serios ustedes dos?—Truena la voz de Thalia. En seguida siento un estremecimiento que me pone los pelos de punta. Compartimos una mirada fulminante por lo que parece una eternidad. Aimee se interpone entre los dos, parando en seco nuestra masacre mental.

—Quirón, ¿puedes seguir explicándonos la profecía?—Dice con tono urgente. Agradezco su interrupción y me propongo poner atención a la explicación de nuestro maestro.

—De acuerdo. Como decía... el día de la llegada de Aimee al Campamento, recibimos un mensaje del Olimpo; un mensaje del mismísimo Ares, Dios de la Guerra.

Todos vemos cómo saca de uno de los bolsillos de su chaqueta color caqui un pequeño rectángulo que parece ser una tapa, bueno, cuadrada.

La deja en el centro de la mesita que tiene en frente y presiona un botón que hace que un holograma se levante. Al instante un resplandor rojo aparece, seguido de la cara del Dios de la Guerra; porta sus lentes color rojo y su respectiva toga griega. Parece tener prisa, pues no hace sus típicos comentarios de Dios Supremo, entonces comienza a hablar:

Necesito sus oídos, mortales dignos de la presencia holográfica de un Dios...—está bien, habría sido raro no escuchar ningún comentario como ese—, se avecina el acontecimiento más importante para la nueva descendiente de Zeus; habrá que resolver un problema, como siempre. Dos poderosas diosas han sido capturadas. Las diosas Niké y Afrodita—todos somos conscientes de la alteración en su voz al mencionar a la última— han sido tomadas por un antiguo aliado, que ahora se ha puesto en contra nuestra; un ejército de cíclopes liderados por Eris, la Diosa de la Discordia, han decidido iniciar una nueva revolución en la que es posible sólo una Diosa logre su libertad. Zeus espera actúen con la indulgencia necesaria y cumplan con sus deberes como es de espera: eficazmente. El plazo para esta misión es dentro de 15 días, justo al llegar el solsticio de invierno, el momento en el que Hades baja la guardia respecto a la seguridad del Tártaro. Si no consiguen regresar a tiempo con ambas Diosas, Zeus descargará su furia y se iniciará una guerra entre monstruos y Dioses, donde los mortales estarán de intermedio. Les deseo suerte, y bueno... es pan comido. No me decepcionen.

Hijo de Hades; Nico di Angelo.Where stories live. Discover now