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Suspiró y ahogó un quejido.
Soltó la katana de madera llena de astillas, dejándola caer al suelo mojado por las gotas que caían del cielo.
Murmuró una maldición viendo sus manos, con su piel desgarrada y algunas gotas de sangre en ellas. El agua cayendo lo empapaba por completo, sus cabellos mojados recaían sobre su rostro.
Formó con su mano un puño antes de golpear el tronco de un viejo árbol con todas las fuerzas que le quedaban. El olor a tierra húmeda inundaba todo el lugar junto al que provocaba la lluvia, cerro sus ojos un momento, frustrado.
Llevaba casi todo el día entrenando, por ahí de las 4:00p.m el cielo se comenzó a nublar, dando como resultado aquella lluvia inesperada. Aunque eso no le detuvo y siguió entrenando por bastante tiempo más.
Tomioka había salido con Urokodaki para atender unos asuntos relacionados con el mismo peli-azul, quedándose él junto a Sabito, aunque al de cabello melocotón no lo había visto desde hace un tiempo.
-¡Diablos! ¡¿Por qué es tan difícil?!-
Se sentó bajo la copa de un árbol que le protegía de la mayoría de gotas que caían, recostó su espalda contra el tronco y de sus bolsillos sacó aquel adorno que portaba en su cintura pero que había retirado para no romperlo en el entrenamiento.
-Jamás me haré un cazador...lo siento mucho abuela. Tal vez debería rendirme esta vez-
Apesar de entrenar con Tomioka y que este corrigiera la mayoría de sus movimientos, seguía siendo el peor de los tres. Eso junto a sofocarse con tanto entrenamiento le estaban haciendo perder la cabeza.
Entonces, un estornudo salió de él.
-A-ah...mierda.-
Sintió una brisa fresca que le terminó dando aún más frío, abrazó su propio cuerpo tratando de darse calor y miró su alrededor.
Maldijo de nuevo. Se había alejado demasiado de la casa donde ahora dormía y no sabía donde estaba. Entonces, su vista se fué nublando hasta ya no ver nada.
••••Sabito/ minutos antes••••
El oji-lila esperaba sentado frente a la olla.
¿Qué esperaba?
A __________.
Tenía la comida lista desde hace un rato pero no había comido.
Frunció su ceño al mismo tiempo que miró el reloj que colgaba en la pared.
6:29 y aquel idiota aún no llegaba.
Miró por la ventana, las gotas caían bastante fuerte y él tenía frío a pesar de estar dentro de la casa y con una fuente de calor. Suspiró rendido antes de abrir la puerta y se golpeado por una fuerte briza que le dió aún más frío, maldijo, se llenó de valor y...
Fué a buscar a ___________.
Sus pisadas se escuchaban por el suelo, buscaba con la mirada en cualquier lugar que cruzaze sin encontrarlo.
-Maldición..¿en dónde te metiste?-
Estuvo apunto de irse por otro lado hasta que escuchó algo caer, con rapidez se acercó para investigar, aunque lo único que vió fué a un peli-_______ cubierto de ojas y empapado.
Maldijo internamente y solo se acercó para tocar su frente.
-Tienes fiebre...-
Suspiró con resignación y lo cargó en su espalda hacia la casa.
••••••
Despertó cuando sintió su cuerpo aumentar de temperatura, algo acalorado retiró la colcha que lo cubría y miro a su alrededor, reconociendo que no estaba en el bosque, si no en la casa de Urokodaki.
-Idiota, si quieres mejorar en tu entrenamiento tienes que descansar adecuadamente. No puedes andar por ahí entrenando bajo una lluvia así-reconoció esa voz de inmediato. Miró en la dirección de donde vino la misma voz.-
-Sabito..-
El chico de cabello color melocotón solo lo miró seriamente y se acercó a él, tocando su frente.
-Estás empeorando. Recuéstate-
Acató la órden de inmediato, no quería causar más problemas de los que ya. Sabito se sentó a su lado y siguió tocando su frente antes de colocar un trapo húmedo en la misma. Por alguna razón, sentía su rostro aediendo al sentir las manos algo suaves del chico, aunque asumió que era por la misma fiebre.
-Lo lamento.-
-¿Por qué te disculpas?-
-Fuí muy duro contigo, lo admito-le prestó total atención a Sabito-pero es porque no quiero que seas débil. Te...¿te gustaría que te ayude a entrenar?-
-¿Entrenar....contigo?!-sonrió algo emocionado para volverse a reincorporar, dejando caer por accidente el trapo en la colcha-¡Claro! Oh..lo siento, me emocioné-
Sabito sonrió ligeramente y le extendió un plato con curry.
-Toma y come. Almenos es mejor a lo que hicimos la última vez-
-No me lo recuerdes, me duele el estómago de tan solo pensarlo-
Rieron un poco.
Esto solo era el comienzo.
••••• MOCHIS, ADIVINEN.
la historia de Ray se va a publicar ahora mismo, ¡pueden encontrarla en mi perfíl!
