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— ¿entonces tu petición es que loki te enseñe a controlar tus poderes? —La cara del anciano era de confusión. Claro como el pedirle que loki le enseñara sobre magia sonaba absurdo teniendo en cuenta lo que había hecho en midgar y la traición al reino de asgard.
— pues se puede tomar como parte de su condena. en la tierra se suele tomar como trabajo comunitario —de manera nerviosa intento justificar su solicitud—. Aparte creo que sería como un castigo para él, no me tiene mucha paciencia y por lo que se los midgardianos no somos de su agrado.
El anciano pareció pensarlo, era compleja la situación teniendo en cuanta las acciones pasadas cometidas por el que era su hijo.
— es una decisión difícil de tomar por el momento —la miro dudoso—. Pero espero que sea mucha molestia que la reina te ayude con ese tema mientras lo pienso bien.
— al contrario, su majestad, sería un gran honor para mí.
Odín hizo un gesto para llamar a una mujer y darle la orden para que la ayudara a acomodarse en alguna de las habitaciones del palacio. Al adentrarse en el cuarto quedo maravillada con el lugar y el gran balcón que daba vista a todo el reino, era prácticamente un escenario en el que solo los libros podrían describir.
— si necesita alguna cosa no dude en consultarme —Fue lo único que dijo aquella mujer para cerrar las puertas dejando completamente sola a _______.
Y sin dudar en ese momento _____ se dispuso a curiosear por todo el cuarto pasando sus manos por las tapas de cada uno de los libros en las estanterías, abrió uno de estos pero simplemente le fue casi imposible entender lo que mencionaba así que lo volvió a dejar en el sitio donde lo encontró.
Paso a abrir una de las grandes puertas encontrándose con un gran armario lleno de vestidos de delicadas telas y hermosas pierdas.
— creo que empaque para el sitio equivocado —agarro una de las prendas y se observó con él por encima en uno de los grandes espejos.
Dudo un poco, sin embargo, hey, tenía en sí un armario lleno de hermosas ropas para su gusto, no desaprovecharía aquella oportunidad.
Tomo varias prendas y una por una fue viendo cuál le gustaba más, no fue mucho si tardo casi una hora en encontrar un vestido que le convenciera del todo.
Se observó en el espejo asombrada, no era de usar vestidos tan llamativos aparte de los de sus presentaciones, pero no le sería molestia el vestirse así a diario tampoco.
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