—gigi... —llama el omega en un susurro— tengo frío.
—oh bueno bebé, pero estamos en verano —remite jongseong con un tono preocupado, a la par que su mano se extendía en la frente de su novio buscando medirle la temperatura corporal— no estas caliente... a ver wonie ¿cómo te sientes? ¿bien? ¿mal? ¿desayunaste? ¿te duele algo, pequeño?
—uh, no, tonto —canturrea él jalando de su polerón del mayor con un puchero— quiero que me des tu polerón gigi... —balbucea llenando las mejillas de un escarlata, haciéndolo verse tan adorable.
jongseong asiente expulsando un suspiro de alivio, recuperándose del casi paro cardíaco que iba a recibir; en serio pensaba que jungwon le había pasado algo. pero tampoco es que le eche la culpa al omega, el rubio tenía sobrellevado en la cabeza lo cuan sobreprotector llegaba a ser con su pareja, y es gracias a todo el amor que resguarda por él.
se quita la prenda y se le extiende a jungwon, que inmediatamente sonríe y lo toma. el omega lo pasa por su cabecita y segundos luego este ya la tenía puesta hasta casi por los muslos ya que, la diferencia de tamaño se trataba de una a plena vista. él juega con las mangas un momento con un semblante de inocencia, mientras que para jongseong estaba observando al ser más bonito y santurrón del mundo, dejándolo enternecido.
maldición yang jungwon.
—gigi, si es verano ¿por qué usas polerones? —cuestiona de la nada, vaciando el trance del alfa en un instante.
jongseong lo mira un segundo, crispando los hombros.
—a mí no me dan calor, bebé ¿y a tí?
—nope.
de repente el omega sonríe lo más grande que puede, mostrando su típica sonrisa gomosa y lanzando una pequeña carcajada a la vez, buscando que su novio haga lo mismo.
—¿por qué te ríes, won? —le pregunta, buscando hallarle gracia a su acción.
—es que nope es una palabra taaan divertida, gigi —le comenta él aún riendo. jongseong frunce un poco el ceño, no le ve nada chistoso— a ver, dilo tú, vamos, vamos.
—ya vamos a entrar a clases wonie, recuerda que somos de diferentes salones y diez minutos antes de que toque la campana debo ir al mío —le comenta jongseong obligando a el pequeño hacer un puchero con sus labios, desde que comenzaron a salir acordaron en llegar temprano solo para pasar tiempo juntos como pareja, además de los mimos que ponen de un buen humor a jungwon ya que en las mañanas suele levantarse de pésimo humor y merodear con esa naricita arrugada creyendo que intimida todo a su paso no esta en los planes del alfa y sus caricias.
el rubio gira el cuello atisbando al reloj de la pared para encontrar la hora, y, como lo dedujo solo faltaba aproximadamente veintiún minutos para que se retire y deje a su novio realizar su horario escolar.
—¿y como vas con las clases? —pregunta tomando por fin asiento, jungwon junta las mangas del polerón viéndolos entre sí aun con los labios abultados, solo asintiendo como respuesta— ¿eso es un bien, wonie?
—noup, todo lo contrario, voy a perder álgebra —él se alza de hombros caminando hacia jongseong y sentándose en su regazo— es que el maestro moon esta de mal humor siempre, gigi, y se la agarra conmigo, para mí que en su casa no le dan.
el alfa casi se atraganta con su saliva por lo ultimo que dijo su novio ¿desde cuando su pequeño inocente dice frases de tremendo calibre? el doble sentido esta elevado ahí, y en especial por la mueca de jungwon que es una risa para él mismo.
se pudo imaginar miles de escenarios donde al profesor moon le... y saben, eso, que ni él mismo se atreve a pronunciar en su mente porque no es lo indicado, pero gracias a jungwon lo esta haciendo un poco, y la imagen no es para nada gustosa o como un uso de autoplacer, todo lo contrario. su cara se tona colorada y abraza la cintura de su omega con fuerza plantando un beso en su cabeza castaña.
qué pecado, jungwon.
—¿como que no le dan? —y, para tener un fuerte golpe que lanzarse luego, a él se le escapa su interrogante. traga saliva, tiene esperanza con que haya oído mal. sí, debe ser eso.
pero ¿quién mierda entra a un estado de pánico cuando su dulce e 'inocente' novio hace referencia de una frase de doble sentido?
sí, jongseong.
se pone más nervioso el momento que su novio lo mira con toda la obviedad del mundo.
—pues no le dan, gigi —suelta él con un tono dulce, escondiéndose más en los brazos del alfa— no le dan leche de fresas que a mí me pone de buen ánimo y por eso esta de gruñón, pobrecito.
puede respirar en paz; su bebé aún es puro.
—¿por qué jongie? ¿pensaste en otra cosa a la que me refería? —se gira de su posición aún en su regazo observándolo con orbes de un niño desentendido.
—nope —contesta dejando otro beso en su cabellera mientras resonaba el timbre de clases avisando que se habían pasado de la hora programada y que el alfa tenía que retirarse.
jungwon lloriqueo como cachorro porque no apetecía alejarse de su alfa ni un centímetro y jongseong solo le prometió comprarle leche de fresas si le esperaba hasta el momento de almorzar obligando inmediatamente a su novio aceptar con una ancha sonrisa y un beso en la mejilla que hizo oír ese 'mua' típico en el.
ahora solo debe esperar por su leche de fresas pacientemente.
