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Abrí los ojos de pronto y sentí un golpe en el corazón, una especie de dolor extraño. Un vacío absoluto. Cerré los ojos y me repetí las veces suficiente que todos los sentimientos se estaban magnificando. Tranquila Caroline, tranquila Caroline, hoy es un nuevo día. Pero a pesar de que lo repetí como una mantira por unos diez minutos no podía dejar de sentir lo que sentía. El corazón latía rápido, demasiado. Me revolví entre las sábanas, me había comprometido a ir a casa de los Salvatore temprano, tenía que hablar con Elena, soltarle todo lo que me estaba sucediendo, como me sentía, lo que había hecho con Klaus...¡Dios, con Klaus! Elena me iba a matar, me dije mientras me sentaba de golpe en la cama. Puse ambas manos sobre mi cara y tiré mi pelo hacia atrás. Tenía que respirar. Tenía que relajarme, no había significado más que eso, una química demasiado fuerte, una despedida llena de emociones y un resultado que no quería recordar...pero ¿estaba tratando de mentirme de nuevo? No podía sacarme su sonrisa petulante de la cara, esa sonrisa de tengo el control, de soy un híbrido y todos ustedes me pertenecen, esa maldita y estúpida sonrisa que derritió mi corazón.

Me deje caer hacia atrás y palmoteé la cama hasta encontrar una almohada cercana y ponerla en mi cara, presionándola hasta que mis pulmones reclamaran por más aire. No iba a morir pero necesitaba urgentemente dejar de pensar, de recordar, de sentir mi piel caliente y picando por dentro, sintiendo aun su tacto, sus dedos fuertes, su calor de híbrido, su boca con sabor a maldad y restos de sangre. Me había acostado con la persona más terrible de la Tierra, el mismo que me había hecho tanto daño a mí y a mis amigos, la misma persona que se creía dueño de nuestras vidas, él que por impulso mataba. De pronto se me vino a la mente Damon y Elena y las miles de veces que la critiqué por salir con él, por estar juntos y no con Stefan...Yo no era tan diferente a Elena.

Klaus. Klus era el inicio y el principio de todos mis problemas, y ahora que por fin se había ido lejos, lo más lejos posible, con la promesa de no volver nunca más, yo, Caroline Forbes lo extrañaba.

family tree #wattys2017Where stories live. Discover now