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Dejaron el restaurante poco después, primero fueron a buscar el auto de Yahwi y más tarde fueron al apartamento. Yeongho no traía muchas cosas con él, después de todo planeaba comprar ropa una vez encontrará un lugar donde quedarse. Le sorprendió un poco el lugar donde Yahwi estaba viviendo, era muy grande. Claramente él también tenía dinero para vivir en un lugar así, pero siempre terminaba sintiéndose muy solitario, así que cambiaba de apartamento todo el tiempo. Ahora no tenía que hacerlo.

–Me gusta la decoración, dice mucho sobre ti. –Yeongho se recostó sobre el sofá, estaba cansado, quería ducharse y dormir. – En serio odio los aviones, es muy aburrido viajar.

–Aún así viniste, no te quejes ahora. –Yahwi le lanzó una botella de agua y se sentó a su lado. –al final del pasillo está el baño, puedes ir a relajarte ahí un momento.

–¿Qué vas a hacer mientras? Vamos a bañarnos juntos. –sonrió inocente, no era una mala idea después de todo. Pero no quería cometer el mismo error que cometió con Jooin. –No pongas esa cara, no estoy pidiendo tu mano en matrimonio... Todavía.

–Me agradas, Yeongho. No quiero dañarte. –El miedo de volver a herir a alguien clavaba en lo profundo de su ser.

–También me agradas, pero no deberías preocuparte por eso. Yo decido más tarde si me hieres o no, después de todo, soy yo el que se te está insunuando.–sujeto la mano del pelinegro con fuerza y se levantó del sofá llevándolo con él.

Yahwi mentiría si dijera que no cambió, claro que cambió después de todo lo que pasó, lentamente sus emociones empezaban a desbordarse por lo más mínimo que pasaba. Era absurdo como se había vuelto tan frágil y agradecía mucho la compañía de Yeongho en esta etapa de su vida.

El pasillo no era muy largo, llegaron rápidamente al baño y comenzaron a llenar la tina. Yahwi sacó un juego de toallas y las puso a un costado, para más tarde.
Una vez la bañera estuvo llena, ambos comenzaron a desvestirse.
Solo una vez llegaron a acostarse, no lo hicieron más después de eso. De alguna manera, ambos estaban nerviosos.

–No me fije bien ese día, pero tienes un cuerpo envidiable. –Yeongho se acercó y deslizó un dedo sobre los músculos de Yahwi, lo cual hizo que se estremeciera. – Aunque... Más que envidiable diría tentador.

Se metió en la bañera luego de eso y espero por el pelinegro, el agua recorría cada parte de su cuerpo y miraba a Yahwi desde ahí, era escalofriante como lucía tan atractivo simplemente existiendo.
Al principio era sólo eso, atractivo más allá de lo normal. Yeongho lo quería probar, no quería esperar nada a cambio. Pero Yahwi es hipnótico, no puede despegar la mirada de él. Podría acostarse con él una y otra vez, pero Yeongho seguiría pidiendo más.
El deseo terminó convirtiéndose en curiosidad.
¿Qué tanto puede amar este chico solitario?
¿Qué tanto puede dar si alguien le ofrece una oportunidad?
Sabía que Yahwi tenía a alguien en su corazón, pero también sabía que ese alguien sólo le traía tormento.
Y lo odiaba, vio a Yahwi sonreír después de todo.
Se convirtió en una droga escuchar su risa despreocupada. No quería que alguien más lo escuchara reír así, cuando se dió cuenta de eso, sabía que estaba perdido.
Nunca quiso darle a nadie una oportunidad para romper su corazón, pero a Yahwi se la daría.

–Puedes provocar fácilmente a la gente, ¿lo sabes? –Yahwi se sumó a la bañera y el agua subió un poco más, Yeongho le hizo un gesto para que se recostara sobre su pecho y así lo hizo.

Ambos dentro de la bañera, Yahwi tenía la espalda pegada al pecho de Yeongho, ambos tranquilos y con la respiración lenta.

–Ya no pongas esa cara, tendrás arrugas en la frente si sigues frunciendo el ceño cada que vez que veas a ese chico. –Yeongho subió una mano hasta su mejilla, Yahwi lo miró de reojo y algo dentro del corazón de Yeongho se apretó. No pudo evitar bajar un poco y besarlo en la cabeza. –Mírame si no quieres mirarlo, puedo reemplazar su rechazo con mi atención.

Saudade | Yahwi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora