capítulo iii.

3.9K 403 322
                                    

Advertencias: Omegaverse, parejas secundarias, historia cliché, drama y angst

La última vez que Felix vio a su hermana, fue cuando tenía seis años y los dos vivían en la triste y deprimente casa con su padre borracho, que todas las noches solía llegar a golpear a alguien

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La última vez que Felix vio a su hermana, fue cuando tenía seis años y los dos vivían en la triste y deprimente casa con su padre borracho, que todas las noches solía llegar a golpear a alguien.

Normalmente, Felix se ponía a defender a Jiwoo, de entonces quince años, y se llevaba gran parte de los golpes.

Pero al pequeño omega no le importaba para nada, porque Jiwoo era su linda hermanita que nadie debía tocar. La única en ese mundo que lo protegía y le sonreía todavía con cariño. Ese fue el único cariño que Felix conocía, así que lo debía cuidar totalmente, a pesar de que muchas veces Jiwoo le gritara que por su culpa se quedaron sin mamá, que por él estaban en esa situación.

Felix siempre le perdonaba todo lo que le gritaba cuando las cosas iban mal, porque creía que Jiwoo no lo decía en serio. Le perdonaba todo, pues Jiwoo a veces le llevaba comida, le daba una caricia en el cabello, y se sentía querido con esos simples gestos.

Sin embargo, Jiwoo un día llegó saltando, diciendo que le ofrecieron un puesto de trabajo en una fábrica, y que debía irse de ese lugar. Felix lloró, gritó e hizo un berrinche diciendo que no quería que se fuera, pero no sirvió de nada.

Jiwoo hizo sus maletas cuando su padre no estaba, y Felix la dejó ir bajo la promesa de que ella volvería por él y tendrían la vida que siempre quisieron.

Por supuesto, Jiwoo nunca volvió. Pero Felix lo entendió siete años después, cuando su padre lo hecho de la casa, y no tuvo a nadie más en el mundo.

Jiwoo se marchó para siempre y nunca volvería por él.

Porque, ¿quién querría hacerse cargo de un patético omega hombre?

Seungmin gimoteaba en sus brazos, sin comprender un poco el estado de shock en el que estaba su mami luego de volver a casa y echarse sobre el sillón. Sin embargo, Felix se limitó a apretarlo más, buscando aferrarse a algo desesperadamente.

Ver a Jiwoo hizo que algo dentro de él se removiera. Ese pasado que creía enterrado estaba saliendo a flote otra vez, y no quería eso. Cualquier cosa menos eso.

Y haber escuchado a Jiwoo decir que era prometida de Chan hizo que un dolor sordo se instalara en su pecho, como si algo lo hubiera atravesado, lo hubiera roto por completo.

No sabía por qué se sentía así, considerando que no quería casarse con Chan, considerando que ellos no eran nada. Considerando que apenas lo conocía.

Pero Chan lo trató tan bien, lo miraba con tanto cariño, que Felix no podía evitar querer ansiar un poco más de eso. Buscar un poco más de ternura.

—¿Mami? —miró a Seungmin, que hacía un puchero—. No tiste. Favo.

—¡No estoy triste! —mintió, comenzando a darle besos en sus regordetas mejillas—. Es sólo que me entró algo en el ojo.

kilig¹ › chanlixWhere stories live. Discover now