09 de junio, Dragón
Entonces, los rumores surgieron de aquellas voces que se volvían desconocidas con tan solo pasar a su lado, porque según muchos decían que había cambiado, pero él se seguía sintiendo de la misma manera, no encontraba un cambio en su cuerpo, quizás sí en su corazón, pero más de eso, no.
Tampoco cabía la posibilidad de que alguien se diera cuenta de eso, con lo poco que él lograba demostrar daba una imagen diferente, a la habitual por las que ellos simplemente se alejaban.
Quizás reflejaba esas emociones que le costaron ocultar mucho más cuando se encontraba junto a ella, incluso cuando la tensión de aquella acción estuviese aun en su mente.
Porque desde ese momento no lo hablaron, no comentaron si era para disculparse o quizás decir los verdaderos sentimientos que se estaban dejando entrever entre sus acciones.
Rompiendo aquella distancia que se habían establecido desde el momento en el que se conocieron, quizás dejando de comparar aquellas historias de las estrellas que parecían calar mucho más allá entre ellos.
Shikamaru deseaba que no sea tan difícil decir la cosas, dos simples palabras que no salen aun cuando sea el momento adecuado. Lo sentía como si estuviera varado a tan solo a un paso de la verdad.
Y aun cuando pensara de esa manera, no habló ni arregló las cosas que ya se habían hecho. Incluso cuando estaba frente a ella, caminando fuera de sus clases, compartiendo el almuerzo, debatiendo de una que otra historia que el otro investigó, incluyendo información que ellos mismo podrían diferencias de verdaderas o de falsas.
Incluso con todo ese tiempo, en donde caminaron por el parque con un helado en mano, en silencio disfrutando la compañía del otro. Shikamaru no habló.
Ambos llegaron a casa, yendo a sus respectivos cuartos.
Shikamaru cayó rendido en la cama dormitando sobre lo poco que tenía su propia paciencia, de la poca fe que se mantenía y de lo bonita que se veía Naruko con el nuevo lazo que había comprado.
Tan solo para escuchar como su puerta era abierta, mientras el mantenía los ojos cerrados queriendo encontrar el momento adecuado para asustar a la chica, pero la escuchó suspirar pesadamente, mientras se sentaba en el borde de la cama.
—Sabes… quería decirte que está será la última noche que me quedé a tu lado, pero no tuve las fuerzas como para decirte. Logré conseguir un alquiler cerca de la facultad de educación. — acarició los cabellos rebeldes de Shikamaru—. Incluso si estas dormido frunces el ceño, es que nunca descansas… pero, Shikamaru… no me quiero ir… y eso es tu culpa. Quiero estar aquí…
Se recuestó a su lado hasta caer dormida a tan solo segundos, por lo que Shikamaru volteó a su costado en donde ella estaba. Extendió su mano izquierda y removió suavemente un mechón de su cabello teñido, besándolo por inercia.
—Tampoco me gustaría que te fueras, solo tú decides.
Colocándose de lado, daba una mejor posición para observar el dormido rostro de la chica, olvidando sus pensamientos y solo dejándose llevar por el dios de los sueños.
Cuando nuevamente despertó sintió su cabello siendo removido, mientras sostenía entre sus brazos una cálida almohada, por lo que no dudo en atraerla hacia él.
—Parece que Shikamaru es muy consciente de las cosas que haces.
—Hhmm…
—Ahora eres un bebé, vamos suéltame, loco. ¡Tengo ganas de ir al baño! —Shikamaru la soltó, a lo que ella corrió hacia su el baño de la habitación.
Descubriendo que su almohada estaba con vida entre sus brazos, mientras lograba despertarse por completo, deseó no haber hecho algo mucho más vergonzoso en su inconsciencia, suficiente era para él hacer algo más mientras estaba despierta, como para arruinar las cosas hasta ese momento.
—¿Eres consciente de ti mismo? —Shikamaru asintió, Naruko asintió aliviada sentándose al borde de la cama—. No sabes el susto que tomé al sentirme sin aire, das miedo cuando duermes. No debería de ser así ¿O sí?
—No, fue tu culpa por dormir a mí lado. ¿Te recuerdo que es la cama de un hombre?
—Es la cama de Shikamaru, con eso es suficiente.
—No creo que eso deba de ser correcto —replicó el mencionado.
—Para mí si lo es… Shikamaru, mira aquí.
Shikamaru ya al borde de la cama, junto a ella, miró hacía la ventana sin encontrar algo relevante solo encontrando un casto contacto al momento de regresar su mirada. Se levantó de golpe.
—Es por eso que para mí es suficiente…
—Naruko, esto-
Fue un casto contacto, que cuando se separó un poco, pudo notar el rojo crecer en la punta de sus orejas. Y sus manos recorrieron sobre su cuello y Naruko lo besó, incluso cuando las manos de ellas temblaran, y estuviera sosteniendo con las puntas de sus pies para poder llegar a su altura.
—Me gustas, mucho, mucho, ¡Muuchooo! Más de lo que crees o de lo que te puedes imaginar, o de lo que puedes contar. Aun cuando me falte mucho para que lo digas tú, esperaré tu respuesta, te recuerdo que tengo una fuerte voluntad. Heredada de mi padre cabe decir, pero, es suficiente que Shikamaru sepa que me gusta.
Ella corrió y Shikamaru quedó aturdido, ya no solo por sus palabras sino por sus acciones, incluso ella era mucho más consciente de sus sentimientos, mucho más valiente y simple para confesarse.
Naruko dijo que esperaría, Shikamaru no estaba seguro de querer hacer lo mismo.

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Trazos De Estrellas; ShikaNaru Fem!
Short StoryLas estrellas... saben escuchar a los deseos acallados de los buenos corazones... sí en una noche cierras los ojos y les hablas sin temor, podrán escucharte. ...