❝ V ❞

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Finalmente era el día, el día en el que podría salir de las instalaciones luego de tantos años. A pesar de que el motivo de mi salida no sea el pensado . . . cabe mencionar que me encontraba muy nerviosa, aunque tampoco podía negar que no estaba algo emocionada por finalmente salir pero sabía a la perfección que debía de concentrarme o las cosas podrían resultar peores. Esto no era un maldito juego y eso lo comprendía muy bien.

Las instrucciones que me habían dado fueron bastante claras:

⇒ No dejar que Ada se de cuenta de mi presencia.

⇒ Si es posible evitar cualquier tipo de contacto con otras personas.

⇒ Si hay posibilidad, yo misma recuperar la muestra antes que Ada y volver a las instalaciones.

⇒ Que nadie descubra mi identidad.

No podía dejar de pensar en todo lo que podría o no ocurrir y en lo que tendría que hacer. La realidad era que a pesar de no poder negarme a esto, sabía que si lograba cumplir con la misión podría llegar a ganarme más la confianza de Wesker y a la vez también conseguir poder salir con más fácilmente de este lugar en alguna otra ocasión.

Aunque no sabía para que necesitaban aquella muestra, ni lo que harían con ella realmente. Al menos me dieron una copia en imágen de como se vería esta, por lo que así sería más fácil para mí saber cual es la correcta. Junto a una imagen de aquella mujer llamada ada wong, no puedo negar que me parecía bastante bonita, para ser sincera.

Pero bueno, esto debería ser sencillo para mí ¿No? Para esto me han hecho entrenar tanto tiempo, sé que puedo con lo que llegué a enfrentarme al salir de las instalaciones . . . O eso quería hacerme creer.

── ¡Soldados, recuerden! Pasé lo que pasé, debemos de ayudar y proteger a la señorita Becker en todo momento. ── gritó de repente el teniente de mi unidad, haciéndome entrar en razón nuevamente.

La verdad es que no quería ir con ellos, hubiese preferido ir sola para tener un poco más de libertad en mis acciones, pero Albert me había dicho que si la situación empeorará ellos podrían intervenir. Pero se supone que también deberíamos de lograr que nadie nos descubra o por lo menos a mí, dudo que logremos ir tan desapercibidos con una unidad de siete soldados . . . contándome a mí, claro.

Tampoco era nada fuera de lo habitual, ya estaba acostumbrada a que a nadie le interese mi opinión, por lo que simplemente me había decidido a completar esta misión correctamente y luego pensar en como huir de Wesker.

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Estaba por subirme al vehículo que nos llevaría a la cuidad de Raccon City, cuando oí a alguien gritar mi nombre.

── ¡Keia! ── gritó Albert mientras se acercaba a mí, a paso rápido. ── Ten cuidado ¿Si? ── dió una leve pausa. ── Tú puedes contra cualquier enemigo y eso lo sé, no dudes en eliminar a cualquier persona que se ponga en tu camino, confío en ti.

Un gran desagrado invadió mi cuerpo por sus repentinas palabras de cariño/ánimo, siendo así al punto de hasta llegar a tener un leve escalofrío por su supuesta preocupación. Pero claramente tuve que intentar ocultar aquello lo máximo posible, por lo que simplemente asentí con la cabeza junto a una pequeña sonrisa. Para luego finalmente subir al vehículo y dar la indicación de que ya podíamos irnos.

" Tu puedes con esto, lo harás bien. "
── me dije a mí misma en mi interior.

En el recorrido, relajaba mi mente acariciando mi más preciada liga lila. Fue inevitable para mí no traerla conmigo, por lo que me la coloqué bien atada en uno de los arnés que traía puesto en la zona del pecho.

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  ━━ ≡┊Perspectiva de Leon. ꒱ ↴
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Sin poder evitarlo gruñi al sentir los rayos del sol que ingresaban por la ventana, dando completamente en mi rostro.

── Joder . . . ── iba a darme la vuelta para seguir durmiendo pero recordé que hoy era mi primer día en la ciudad y me asusté al pensar que la alarma no había sonado.

Por lo que agarré rápidamente el celular para ver la hora, solté un gran suspiro al ver que me había despertado más temprano de lo esperado. Pues faltaba menos de una hora para que suene el despertador, pero ya que, estaba seguro de que por el susto que me acababa de dar no iba a poder dormir más.

── Bueno, a comenzar a prepararme y hacer el desayunar sin apuro . . . ── me dije a mí mismo, en un intento de levantar mis ánimos.

Luego de un rato, había sonado al fin la alarma. Justamente en el momento en el cual terminaba de prepararme unas tostadas con mermelada, junto a un café.

No me apuré mucho a comer, ya que estaba casi listo, por lo que me había decidido a aprovechar el tiempo que tenía para ir a comprar algo más complejo para luego tener de comer al volver del trabajo, ya que en el lugar no tenía mucho que ofrecer.

Por lo que tomé sin apuro las llaves del apartamento y así salí del lugar, pero me llevé una pequeña sorpresa al ver un gran paquete en frente de la puerta. Rápidamente observé los alrededores en un intentó de poder saber quien había sido la persona que habría dejado dicho paquete allí, pero no hubo caso. Por lo que me agaché, lo tomé con cuidado y volví a entrar al departamento, para así dejarlo en la pequeña mesa que tenía.

No había mucho misterio, simplemente me habían enviado mi uniforme. Aunque de mi parte pensaba que me lo darían una vez que hubiese llegado al departamento de policías, como la "bienvenida" que normalmente se suele hacer a los novatos.

Pese a todo eso, se suponía que alguien vendría a buscarme hoy para ayudarme en mi primer día pero no tenía idea de quien sería o si realmente esa persona vendría . . .
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Por  lo  que  un feo  sentimiento
había comenzado a sentir, pero
mi primer día de trabajo no
podría ser tan malo.
¿O si?

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