ℰ𝓅𝒾́𝓁𝑜𝑔𝑜

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Takemichi miro la gran casa a las afueras de Tokio un momento más. La dirección era la correcta, por lo que arrugó el papel y lo metió en uno de sus bolsillos. Era extraño para el que Mikey haya decidido volver a tomar contacto con su persona luego de varios años, y lo que más lo tenia nervioso era el hecho de que solamente a él lo habían citado hasta ese lugar. No sabía que ocurriría cuando estuviera ya dentro de la vivienda, pero sus ansias de saber que había ocurrido con el muchacho luego de intentar ubicarlo desde su regreso del pasado eran demasiadas como para dar marcha atrás ahora.

Por lo que con determinación camino hasta las orillas del gran portón, apretando el timbre de la entrada rápidamente y esperando pacientemente a que alguien lo atendiera. Solamente bastaron algunos minutos para que el portón se abriera automáticamente y un subordinado de Manjiro saliera a recibirlo.

—¿Hanagaki Takemichi?— preguntó el hombre al ver al muchacho.

Este tragó en seco al ver lo alto que era el subordinado uniformado.

— Si— respondió con un ligero tartamudeo.

— Sígueme — sentenció finalmente el hombre haciendo un ademán con su cabeza.

El palinegro se limitó a asentir antes de comenzar a seguir los pasos del subordinado hasta el patio trasero. Su mirada se fijo en los alrededores de la gran casa, donde la naturaleza y elegancia abundaba en todas partes, sobretodo la enorme cantidad de rosas blancas y rosas que se repartían por donde mirarás.

En un momento pasaron en frente de un Dojo. Una sensación de nostalgia se instaló en su pecho al ver que era similar al del abuelo de Mikey. Pero eso no fue lo único que lo desconcertó, no, también fue el hecho de ver a un pequeño niño de unos cuatro años entrenando duramente con sus entrenadores. En un momento dado, el pequeño lanzó una patada casi similar a la de Manjiro en uno de los maniquíes de entrenamiento, ganándose las felicitaciones de los adultos que estaban alrededor de él.

El niño sonrió enormemente mientras recibía los halagos de sus entrenadores, pero en un instante se volteó hacia el patio y se fijo en el hombre de cabellos negros que pasaba por ahí con uno de los subordinados de su padre. Takemichi sintió como un golpe en su pecho llego de la nada al ver el rostro del infante, un rostro tan conocido que las ganas de llorar comenzaron a escocer en sus ojos.

Ese rostro similar al del infante era el de Sano. Aunque sus ojos eran de un gris cristalino bastante llamativo y no reflejaba la oscuridad que siempre portaba Mikey en su mirar, sino más bien, reflejada una luz llena de felicidad y inocencia, una mirada que te hacía entender que el muchacho era feliz.

Volteó su rostro nuevamente al frente para seguir caminando, pero en menos de cinco segundos sintió un tirón sobre su short. El subordinado y él se detuvieron en seco para ver quien había interrumpido su caminar, descendiendo su vista al pequeño niño que miraba con curiosidad al visitante.

— ¿Qué ocurre joven maestro?— preguntó el hombre de manera dulce.

El niño siguió mirando fijamente a Takemichi.

— ¿Quién es él, señor Rayden?— le preguntó al hombre sin quitar sus grises ojos del pelinegro.

— Es un amigo de la adolescencia de tu padre Katsumoto— respondió obedientemente el uniformado.

El niño sonrió levemente.

— ¿Eres Takemichi?— le preguntó ahora al muchacho.

Este asintió lentamente.

— ¿Tu eres hijo de Mikey?.

El pequeño asintió también en respuesta.

— Cárgame— sentenció al intruso— También quiero ir donde papá — agregó demandantemente.

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⏰ Last updated: Aug 28, 2022 ⏰

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Favorite Doll // Manjiro Sano (Is Adult)Where stories live. Discover now