MUTED

35

Cuando llegó Xiu Ran, Mu Ran ya se había calmado un poco, pero todavía estaba en cuclillas en la esquina, mirando al suelo aturdido. Su conciencia había estado en un estado extinto durante demasiado tiempo, y ahora revivió gradualmente, llenándose de recuerdos y pensamientos anteriores. Xiu Ran pateó sin ceremonias a Yi Tian fuera de la habitación, dejando a Mu Ran solo. Ella se acercó a él y lo llamó en voz baja:

"¿Mu Ran?"

Levantó la cabeza y la miró.

- ¿Me recuerdas? Xiu Ran sonrió.

Mu Ran asintió muy lentamente, su voz ronca.

- Recuerdo.

Cuando se despertó en el hospital, estaba hablando con esta mujer. Ella fue muy paciente con él y muy amable. Ella fue la primera persona que quiso escucharlo con atención y, por lo tanto, causó una profunda impresión en Mu Ran.

Xiu Ran se acercó a él y, agachándose, sonrió con más confianza.

- ¿Quizás podamos sentarnos en el sofá y hablar allí?

Sobornado por su buen carácter y sonrisa amistosa, se relajó un poco y, con un movimiento de cabeza, se levantó y se sentó junto a la ventana.

En la sala de estar, Yi Tian, ​​sosteniendo su estómago con las manos, cerró los ojos y se quedó en silencio, una expresión fría en su rostro que parecía congelar a cualquiera hasta la muerte. Hye Sudong frunció el ceño y encendió un cigarrillo. ¿No debería estar feliz cuando Mu Ran se despertó? ¿Por qué su rostro es más oscuro que una nube? ¿Era Mu Ran algo que lo enfureció tan pronto como se despertó? Después de una pequeña vacilación, Hye Sudong todavía no se atrevía a preguntar al respecto.

Tuvieron que esperar mucho tiempo, y cuando amaneció en el cielo, Xiu Ran finalmente salió del dormitorio y bajó las escaleras. Estaba sola y Yi Tian la miró con el ceño fruncido. Sabía lo que quería preguntarle.

"Mu Ran está bien", dijo.

Yi Tian asintió y se puso de pie para subir las escaleras, pero Xiu Ran lo detuvo.

"Tengo algo que discutir contigo.

Y Tian se detuvo y la miró inquisitivamente.

"Déjame llevar a Mu Ran para el tratamiento", dijo en voz baja.

"De ninguna manera", Yi Tyan se negó sin dudarlo.

Xiu Ran suspiró.

"No está en condiciones de quedarse aquí. Lo invité a que viniera conmigo y estuvo de acuerdo.