Obsessed | Larry Stylinson. [TERMINADA]

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Louis despertó en medio de la madrugada, con las sábanas empapadas en la zona entre sus piernas y un dolor infernal en el vientre. Lo supo, era el momento.

"Dios mío, bebé, ¿qué te hice?" Dijo quejándose.

Se levantó de la cama y para cuando estuvo de pie tuvo que inclinarse para descansar su espalda y aguantar la contracción que acababa de empezar. Gruñó y estiró su brazo para alcanzar su teléfono. No sabía a quién debía llamar primero, la paternidad de su hijo aún estaba en duda, pero Louis no podía pensar en eso en ese preciso instante. Así que decidió llamarlo a ambos. Empezando con Ed, porque llamar a Ed no le atemorizaba como lo hacía llamar a Harry.

"¿Diga?" Contestó el pelirrojo.

"¿Ed? Uh, mira... creo que tendré al bebé." Habló el castaño intentando no alargar el asunto.

"¿Qué?" Hubo un pequeño silencio hasta que volvió a hablar. "¿Sabes? No me interesa, quiero dormir, luego hablamos."

El chico colgó el teléfono y Louis abrió su boca en sorpresa, miró un rato la pantalla y resopló.

"Si este idiota llega a ser tu papá... nos iremos a vivir a Polonia." Dijo tocando su barriga hinchada.

Optó entonces por llamar a Harry, quien respondió al segundo repique. Su voz se escuchaba grave y ronca.

"Hazz... Harry, voy a tener al bebé." Habló ahogado por el dolor de sus contracciones.

"¿Louis? Dios, espérame en tu casa, iré por ti."

El rizado colgó y Louis sólo pudo echarse a llorar, no sabía bien si era por la gran diferencia entre los posibles padres de su bebé o si lloraba por el dolor.

La imagen que tenía Louis en ese momento, mientras estaba débil y sudoroso de la cabeza a los pies, era magnífica, y no podía pedir más. O bueno, sí pedía algo, pedía que Harry fuera el papá de su niña. El rizado no sabía que Louis había despertado, y ahora este lo miraba desde la camilla como su ex prometido se paseaba con la bebé entre los brazos y tarareaba una canción de cuna, Harry acercaba su nariz a los delgados y rubios cabellos de la niña y olisqueaba con los ojos cerrados.

"Hola." Habló Louis luego de unos minutos observándolo.

El rizado giró su cabeza y sonrió amistoso.

"Hola... ¿cómo te sientes?" Contestó acercándose.

Louis se incorporó en la camilla y sintió un leve dolor en el abdomen bajo, hizo una mueca.

"Bien, al menos bien después de que tuve una bebe gigante."

"Lo heredó de mí." Presumió Harry con una sonrisa refiriéndose a que era muy grande.

La sonrisa de ambos se desvaneció al darse cuenta de lo que el rizado había dicho.

"Eso espero." Susurró Louis bajito, skn asegurarse que el rizado lo haya oído.

Harry se limitó a entregarle a la bebé para que la cargara. Louis la recibió encantado y sonrió hacia su hija.

"¿Ya pensaste en un nombre?"

Louis se detuvo a pensarlo. Y no, no lo había pensado porque siempre quiso saber qué nombre quería el rizado para su segundo bebé, pero no podía preguntárselo porque aún no sabían si era hija de él o no. Negó con la cabeza un poco incómodo.

"Quiero escuchar segundas opiniones." Dijo riendo un poco.

"No quiero involucrarme demasiado hasta que... ya sabes." Dijo haciendo una mueca. "No me mal interpretes, yo... sólo no quiero terminar herido."

Louis asintió y tragó el nudo en su garganta, intentó no llorar pero le fue imposible, sus lágrimas salieron una vez más y sollozó bajito bajo la mirada del rizado.

"Oye, no llores." Dijo con tono suave.

Louis negó con la cabeza mientras sorbía su nariz.

"No puedo ni mirarte a los ojos." Aceptó triste.

Harry suspiró.

"Pase lo que pase, puedo apoyarte, Lou."

"No hay nada más en este mundo que desee, que mi bebé sea tuya." Dijo mirando la niña entre sus brazos, que dormía plácidamente. "En serio no hay nada más."

"Yo también lo deseo, Lou."

Louis subió su mirada y observó el rostro del rizado, su expresión de amor puro al ver la bebé.

"Pronto sabremos."

"¿Ed no vino?" Preguntó Harry cambiando de tema.

Louis rodó los ojos.

"Ni siquiera se dignó a preocuparse cuando lo llamé." Se quejó.

"Vaya idiota."

"Así es, pero no lo necesito aquí." Dijo con rabia.

"Lou... ¿podríamos pedir la prueba de paternidad ahora?" Pregunto el rizado haciendo una mueca.

Louis suspiró nervioso.

"Yo... no sé si sea bueno hacerlo tan rápido, quiero decir, mira que débil."

"Podemos esperar unos días, como quieras." Ofreció Harry.

Louis asintió, se sentía tan pero tan mal por estar considerando lo que consideraba pero, no quería vivir una tragedia más.

Dos días más tarde, Louis salió del hospital con su bebé de cachetitos rojos en los brazos y Harry le abrió la puerta del carro para que entrara.

"Creo que no puedo ir en el asiento del copiloto si tengo a la bebé en brazos." Dijo Louis mirando el asiento vacío que Harry señalaba.

El rizado asintió sonriendo triunfal.

"Por eso..." Harry caminó hasta la puerta de los asientos de atrás y señaló también. "Compré esto."

Una silla para bebés de carro estaba ajustada perfectamente en el asiento trasero, Louis rodó los ojos mientras sonreía y negó con la cabeza.

"Harry..." Advirtió.

"¿Qué?"

"No debiste molestarte."

"Sí debí. Cuando le hagamos la prueba a esta cosita y," Harry se acercó y descubrió el rostro de la niña para hablarle. "sepamos que es toda mía, entonces esta bebé dará muchos paseos conmigo."

Louis se obligó a sonreír y asintió mientras dejaba que Harry quitara a su bebé de sus manos y la acomodara en la silla, él se encargó de subir al asiento y guardó silencio mientras el rizado entraba también. Harry comenzó a conducir y posó una mano en el muslo de Louis mientras sonreía mirando la carretera.

"¿Cómo te sientes?"

A punto de enloquecer, quiso responder el castaño, y todo era culpa de la maldita mano de Harry en su muslo, llevaba meses sin hacer aquello y ahora lo tenía al borde del colapso.

"Bien, muy bien." Respondió ahogado.