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Los bordes de los párpados le ardían y su espalda se sentía como si tuviese agujas clavadas por doquier, rogando que parara y tomara un descanso. Las ampollas en sus dedos y los cayos en sus manos antes suaves le susurraban que se detuviera, que dolía la persistencia. Su cuerpo exigía descanso y su estómago alimento, pero no escuchó nada de ello.

No podía parar, el tiempo se le iba, porque gracias al acuerdo su vida no tenía una fecha de caducidad, pero su memoria sí.

Necesitaba a Yoongi de vuelta, lo estaba intentando con todas sus fuerzas, él mismo había rogado por una oportunidad para tenerlo a su lado de nuevo, y sentir que no la aprovechaba le consumía el alma.

La Muerte le había dado el regalo de la inmortalidad como parte de su acuerdo. Jimin pintaría a la perfección a su cariño más grande del universo y así lo tendría de vuelta, solo que contaba con un conocimiento nulo sobre el dibujo y la pintura. Hasta entonces, el reloj de su vida se quedaría varado.

Y aunque él no envejeciera ni muriera hasta tener a su amado de vuelta, las memorias en su mente sí lo hacían, el tiempo se las llevaba.

Invirtió mucho en aprender, y la arena del reloj de su mente iba acabándose.

A su alrededor, la habitación estaba tapizada de hojas y lienzos, todos retratando los mismos ojos con una precisión distinta entre sí. Donde no había más hojas, los muros eran su apoyo, incluso el suelo y parte del techo.

En medio de la habitación, de rodillas, Jimin se encorvaba hacia su lienzo en el suelo, dando pincelazos desesperados, usando sus lágrimas de frustración para las acuarelas. Su débil cuerpo luchaba contra el agotamiento entre el desastre de pintura y hojas.

—No puedo fallarte...— se repetía.

Porque lo último que podía recordar de Yoongi además de su dulce amor y su voz, eran sus ojos finos y nada más.

El cansancio le consumía, y antes de desvanecerse en él, logró ver que terminó su obra para después a duras penas escuchar cuatro toques a su puerta, los dos primeros pausados y los dos últimos consecutivos, ese ritmo que su amado usaba para avisarle de su llegada, pues en los tiempos aquellos su romance debía estar escondido.

Y sonrió, pensando en que lo había logrado después de tanto tiempo. Sollozó aliviado y se dejó caer de lleno al suelo, sabiendo que Yoongi atravesaría la puerta y le levantaría, que lo llevaría a la cama y le cuidaría hasta que pudiese abrir los ojos de nuevo, para entonces reencontrarse después de que aquella silenciosa enfermedad le hizo alejarse de su lado.

Mas la verdad era otra. La Muerte sintió tanta pena por el muchachito olvidado en el tiempo, que decidió dejar de lado el acuerdo y finalmente marcar el fin de su reloj, haciéndole dormir para siempre en un sueño en el que sí pudo reunirse con su cariño, escondiéndole el hecho de que, en realidad, no lo logró.

 La Muerte sintió tanta pena por el muchachito olvidado en el tiempo, que decidió dejar de lado el acuerdo y finalmente marcar el fin de su reloj, haciéndole dormir para siempre en un sueño en el que sí pudo reunirse con su cariño, escondiéndole e...

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Holaaa :D

Realmente no sé mucho sobre drabbles, pero lo estoy intentando y practicando. Es extraño escribir tan poquito ksksk pero espero les haya gustado c:

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