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Lo único que no me está gustando de mis clases de danza, es el hecho de que debo compartirlas con Justin Kroll

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Lo único que no me está gustando de mis clases de danza, es el hecho de que debo compartirlas con Justin Kroll.

Es de esos chicos que sabe que es atractivo y que no puede entender, o tolerar, que alguien le diga que no a sus invitaciones. Y las personas que son así me caen muy pesado.

En reiteradas oportunidades me ha invitado a salir, y en cada una de ellas, obtuvo una negativa como respuesta. Al principio me tomaba la molestia de inventar alguna excusa, pero cuando sus propuestas se tornaron más insistentes, dejé de hacerlo.

Cuando el resto de las chicas cuestionaron mi rechazo, me sentí un tanto molesta, pero, aun así, me puse en mi mejor faceta de mentirosa al decir que no estoy lista para citas debido a que recientemente había terminado una relación.

Pero no pasa por mi ruptura con Alex, o al menos no del todo. Es cierto que no tengo ánimos de lidiar con chicos en estos momentos, pero mi negación se debe al simple hecho de que Justin me cae pésimo. Ni siquiera podría tolerar llevar a cabo una amistad con él.

Desde el momento en que se presentó ante todos, algo me hizo ruido. Mi señal de alerta se encendió al instante. Justin esconde algo feo, lo sé, lo presiento. O bueno, al menos el tiempo me dirá si me equivocó. Pero cuando mi señal se enciende, eso jamás sucede.

La última vez que me invitó a salir, fue cuando nos reunimos a cenar en el nuevo apartamento de Tara. Y esa noche fue la gota que rebalsó el vaso de mi paciencia.

Justin estaba ebrio y me siguió hasta el balcón, hizo un chiste de mal gusto sobre la apariencia de uno de nuestros compañeros y cuando no me reí, me dijo de ir al cine. Y eso fue lo que me dio gracia.

Una vez más le dije que no, insistió, y obtuvo otro no como respuesta. Cuando quise entrar, me cerró el camino y cuestionó mi decisión. Y no solo eso, sino que invadió mi espacio personal. Es decir, si una chica te está diciendo que no quiere salir contigo, ¿por qué crees que tocar su trasero es lo correcto?

Le pegué una bofetada, lo insulté y salí del apartamento con la excusa de que mis tíos me necesitaban.

Desde ese entonces, solo tolero verlo en las clases. Pero, lamentablemente, les cae bien a todos. Por lo tanto, cada vez que hacemos algo, Justin está ahí o llega más tarde.

Como hace dos noches, cuando fuimos al bar. Estaba tan feliz, riéndome con las chicas, hasta que se presentó y mi humor cambio por completo.

Menos mal que Conrad me salvó de la situación y me hizo un espacio en su lugar. Al día de hoy sigo agradecida con él. En verdad esperaba un silencio de su parte, pero en su lugar, me sorprendió cuando me cubrió y me rescató de una noche incómoda.

Por otro lado, sigo sin entender por qué Justin sigue insistiendo después de lo que hizo. Es entonces cuando me siento segura de mi señal de alerta; no ha fallado. Pero sé que se trae algo más detrás, y eso me genera un dolor en el estómago.

Cuando pase la tormenta Where stories live. Discover now