Hunter
Mi sobrina de seis meses llora en mis brazos. El estruendo de la explosión la mantiene inquieta en mis brazos. Se tuerce en medio de su diminuto llanto agudo que es opacado por todo el revuelo del exterior.
Apego su pequeño cuerpo a mi pecho.
—¡Acelera! —ordeno al sin cerebro detrás del volante que no reacciona rápido.
El chofer, pisa el acelerador hasta el fondo.
—Reporte —pide Selene desde el puesto del copiloto.
Veo por el retrovisor como las llamas naranjas suben mezclándose con el humo negro. En medio está el origen del fuego, la limosina en la que venía Vanya, la madre de Mila.
—¡Detén el auto! —le grita Vadik al chofer— ¡Ahora maldita sea!
Mila emite un grito por los gritos de su padre. El grito seguido de llantos llama la atención de mi hermano.
Se pasa la mano por su cabello y se quita la corbata de un tirón.
El auto no se ha detenido a pesar de su orden.
El llanto de Mila sigue.
La limusina destrozada queda detrás, junto con el cuerpo de la que hoy iba a ser la esposa de mi hermano.
Vadik vuelve a ver a su hija que no ha dejado de llorar en mis brazos. Observa como la niña llora por él.
La bebé que apenas lleva síes meses de vida y se retuerce en mis brazos no sabe que su padre está en shock por la reciente muerte de su madre en el mismo día que se iban a casar.
—Nadie sobrevivió —nos informa Selene.
Vanya, la hermana menor de ella y los padres de ellas iban en esa limusina. Todos han muerto.
Vadik parece no escuchas.
No hace nada más que ver a Selene.
—¿Tienen al o a los responsables? —pregunto.
Selene pregunta por el intercomunicador, asiente mientras nos mira a los dos desde el puesto del copiloto por el retrovisor.
—Dos están muerto y dos escaparon —responde Selene.
La voz quebrada de Vadik nos hace girar en su dirección. —Ella no puede estar muerta.
Él está atento a su hija.
Solo sollozos y pequeños hipos se escuchan en el auto.
Acomodo a Mila en mi antebrazo, sostengo su cabeza mientras ella cierra sus ojos y su padre vuelve a la realidad.
—Mila la necesita, yo...no puede dejarnos —Resignación y dolor comienzan a surgir, aunque la devastación en sus rasgos desparece lentamente. No se permitirá sufrir, querrá vengar antes de seguir con su vida. Mira a Selene por respuestas: —¿Quiénes fueron? ¿Quién ma...? —aparece una mueca de dolor por decir la palabra— ¿Quién mató a mi esposa?
Lo miro.
Se da cuenta de lo que acaba de decir.
Vanya no se convirtió en su esposa.
No alcanzó a llegar al altar.
No se casaron.
—Fueron alemanes —le responde Selene luego del silencio.
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Reyes Perversos ©
Action(No monarquía, es sobre mafias) En el día de su venta conoce a los futuros reyes. Perversos y atroces hombres que se rendirán a sus pies. Atraídos por su frialdad, sensualidad y malicia. Tres palabras que la describen y convierten en un peligro del...