En este momento los dioses (lectores) estaban en una situación de gran ansiedad y estrés pero sobre todo aburrimiento, todo esto se debía a que su mundo había sido infectado por un virus (C-virus) por lo que permanecían en casa completamente encerra...
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Un pesado aire rodeaba a Keith y Gerald, quienes no pudieron evitar sentirse afectados por lo que acababan de escuchar.
-¿Por qué siguen preocupándose? ¡Ya les dije que estoy bien! - exclamó Katarina a la vez que intentaba animarlos en vano, ciertamente antes tenía mucho miedo de su futuro, pero estaba segura que había derribado todas las banderas de destrucción y confiaba en que no serían capaces de repetir las mismas acciones que en el juego Otome
-(No podemos explicarlo) - Gerald intentó forzar una sonrisa para no aumentar la preocupación de su prometida
-Mi hermana es muy buena e ingenua - murmuró Keith en voz baja, su cabeza gacha reflejaba un sentimiento de pesar
Desde entonces comenzó a estudiar con libros para saber cómo mejorar su capacidad mágica y cuando llegó a la conclusión de que debía convivir con su elemento, pensó que la mejor forma de hacerlo era arando la tierra.
-¿Qué es lo que está haciendo, señorita? - preguntó su sirvienta mientras se acercaba
-Mejorando mi interacción con la tierra para aumentar mi magia - a pesar de que no entiendo a lo que se refería
-Entonces, así fue como comenzó su pasión por cultivar vegetales - comentó Nicole, haciendo referencia a la escena - (¿Pero cómo se le ocurrió que podía interactuar con su elemento de esta manera?)
Mientras tanto, varios nobles se sintieron desconcertados por la revelación. Según las estrictas normas y estereotipos de la aristocracia, involucrarse en tales actividades habría sido considerado inapropiado.
-No tenemos tiempo para eso, el joven príncipe Gerald ha venido a visitarla para proponerle el compromiso de manera oficial - se puso nerviosa y alterada por las ropas de su señora que no eran para nada presentables para la ocasión
-¿Oh, pero no eres lady Katarina? - la voz del tercer príncipe hizo que ellas dos se voltearan a ver con una cara de espanto - Escuche que estabas aprendiendo habilidades mágicas y vine a ver ¿Qué estás haciendo? - preguntó con una voz dulce
-(Si fuera por mi, ya hubiera comparado su sonrisa con la de los ángeles, pero ahora se que es un sádico y mentiroso del juego y no puedo evitar compararlo con un demonio) ¿Cómo está el príncipe Gerald? Lamento mucho que tenga que venir a un lugar como este, solo estaba interactuando con la tierra - recobró la postura e intento ser lo más educada posible para explicarle
Gerald intentó contener su risa hasta que sonrió alegremente porque le pareció muy divertido aquel nuevo entrenamiento y luego se arrodillo para ofrecerle el compromiso.
-¿Quieres ser mi prometida?
-¿Huh? Claro - Katarina aun confundida aceptó por simple instinto y cuando se dio cuenta de lo que había hecho se arrepintió - (¡Mierda! Podría haberlo rechazado pero ahora no hay marcha atrás) - a la vez todos a su alrededor estaban felices, aunque ella tenía mucho miedo.