La primavera y otoño pasan tan rápido, las flores nacen y se marchitan, pero, entre todo ésto, mi amor sigue floreciendo.
Tu sonrisa me hace sonreír inconscientemente y tus cortas palabras acarician mi alma.
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- ten... tengo m-miedo...
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Taehyung observaba las líneas del pavimento, sus pies dolían por el constante movimiento en cada paso, en sus manos cargaba algunos libros y una bolsa de galletas, la cabeza le dolía y cualquiera que lo viera sentiría lastima por el rostro deplorable del chico, sus ojos estaban rojos por el incesante llanto anterior mientras su cabello despeinado revoloteaba ante el viento.
Al llegar a unos metros de su hogar se detuvo, observó desde afuera y nuevamente la culpa le quemó la garganta recordando algunas escenas de la noche anterior.
Quería entrar y tomar a Jungkook en un abrazo, pero se sentía asqueroso que prefirió caminar directamente hacia la habitación. Kook no lo recibió por lo cual dedujo que estaba en el jardín trasero, se despojó de la ropa y fue hasta la ducha tratando de que el agua sumamente fría se llevara su culpa.
Pero por supuesto no sería así, había lastimado a quien más amaba y eso ni el se lo perdonaba.
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— Kookie...
El llamado de Taehyung hizo que el chico se sobresaltada y girara el rostro para observar a Tae por unos segundos
El castaño se acercó para sentarse junto al menor que solo mantenía la vista fija a las gardenias en la maceta
Ambos mantenían el silencio solo escuchando sus respiraciones, Tae no tenía ni siguiera el valor de tomar su mano, no tenía el derecho.
— tengo, tengo...hambre
Tae asintió ante la voz dulce del chico, le observó un momento y su belleza deslumbró ante sus ojos
— Vamos...— le susurró como si fuese el más grande secreto
Se levantó dispuesto a entrar primero sin ver a su chico, pero antes de dar un paso si quiera un toque suave y firme se aferró a su mano derecha, aquella mano que se adaptaba tan bien que parecía haber sido amoldada ante sus medidas, aquella mano que se aferraba entregando todo a él, entregándole sus más sinceros sentimientos a través de aquel toque y esa mirada constelada tan profunda.
