Era un nuevo día de clases, todos los estudiantes estaban ansiosos porque terminara el semestre pero aún quedaba el último día antes de que las clases terminarán dando paso a las vacaciones de verano.
Fujiwara, caminaba tranquilamente, tarareando por los pasillos, dispuesta a buscar a sus amigas del club de juegos de mesa.
Repentinamente al pasar delante de una puerta apareció una mano la tomo y la metió dentro de aquel almacén donde se guardaban tizas y demás útiles escolares.
-¿O-Okada...-kun?- interrogó tras ver quién era la persona que acababa de meterla allí dentro y acorralarla contra la pared.
-Quita ese puto sonrojo de tu rostro- ordenó con una mirada aterradoramente fría.
-O-Oka...-
-¿A cuántos más?- preguntó interrumpiendo.
-¿Eh?- dejo salir sin saber a qué se refería, no hasta que el muchacho lo aclaró no sin antes colocar su mano en el cuello de ella.
-¿A cuántos más les contaste lo de Kei?-
Chika lo vio aterrada al darse cuenta de lo que estaba haciendo, pero luego se mostró enojada.
-¿Eso acaso importa?-
-Claro que si... ¿Siquiera sabes la mierda que arrastra el hecho de ser una chismosa?- preguntó retóricamente.
-¡Cálmate solo se lo conté al presidente, Kaguya-san, Ishigami-kun y Hayakasa!-
Ante lo afirmado Noa se mostró aún mas molesto, se acercó más a ella presionandola contra la pared.
-O-Okada-kun no puedo respirar, basta... Aléjate- declaró viendo hacia abajo primero el como la mano del castaño se presionaba contra su cuello y segundo como su pierna se adentraba entre sus muslos.
-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué lo hiciste?!-
No hubo respuesta por parte de la muchacha ya que está estaba temblando del miedo mientras sus ojos eran acompañados de unas lágrimas a punto de caer, ya ni siquiera podía hablar por la falta de oxígeno, Noa finalmente abrió sus ojos asombrado al darse cuenta de lo que hacía, todo gracias a que su vista se centro en la mano qué sostenía el cuello de Chika.
Rápidamente se apartó dejando que ella recuperé el aire, mientras se sostenía el cuello veía a Noa con tristeza como si no quisiera creer lo que acaba hacer el muchacho.
-Okada-kun...- lo nombro intentado aproximarse a el, su rostro estaba clavado en el suelo dejando que su cabello cubra su rostro, ella inevitablemente detuvo el paso viendo como el castaño se sostenía la mano con la que acababa de tomarle el cuello, mano en la cual más arriba tenía un vendaje blanco.
Sin mucho preámbulo el silencio que apareció fue destruido por una simple palabra que formuló Noa.
-Pudrete-
Al oír eso Fujiwara se mostró triste y asustada, ya que seguido de eso Noa abrió la puerta y se marchó.
El muchacho camino en dirección a su clase completamente sumergido en sus pensamientos.
"Soy tan imbécil, ¿Por que confíe en ella?..." Pensó apretando los dientes.
Sin darse cuenta este se paso de su dichoso salón, finalmente llegando a las escaleras que daban a la segunda planta de Shuchiin, una inesperada voz lo detuvo.
-La hora de clases está por comenzar, deberías regresar-
Noa vio de reojo a aquella persona que le dijo eso, dándose a ver qué era Shirogane.
-Tu deberías hacer lo mismo...- encaró intentando mantener una extraña calma.
-Es mejor que lo hagas podrían...-
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"CUANDO MENOS TE LO ESPERAS" (Kaguya-sama: Love is war)
RomanceNoa Okada sin intención alguna entro a la academia Shuchiin y fue nombrado el chico más atractivo de la escuela, de ahí el conoce a lo miembros del consejo estudiantil y descubre que por más que sea guapo no puede conseguirlo todo.
