3

981 130 48
                                    

—Jung Wooyoung —su letra, no la recordaba de tantos años de tener guardada la carta, difícil de comprender y echada a un costado —, mi amor, hoy es un día especial. Fue hace mucho tiempo que ambos hicimos una promesa bebé, ¿La recuerdas? Tú me prometiste que no importaba cuantos defectos te encontraras, me ibas a permitir amarte de la forma correcta, de la forma en la que siempre te dije que quería hacerlo. Has cumplido con eso, me dejas amarte cada día como deseo hacerlo, esa promesa yo te hice hacerla cuando tú mismo no podías apreciar el tesoro que eres...—los sollozos no le permitían continuar, tuvo que respirar pausadamente para continuar — pero ¿Recuerdas mi promesa?

Sentía su labio inferior temblar, su mano sostenía el papel con mucha fuerza.

—Mi vida, yo te prometí que en un futuro te llevaría al altar, que tú te verías tan precioso como luces justo ahora y yo me compraría un traje sólo para esta fecha, incluso ahora que escribí esto te imagino llorando, porque así eres tú —recordó como San leía esas palabras mientras este no podía creer que lo conociera tan bien, sabía que jamás podía evitar llorar en tan emotivas ceremonias y mucho más si era la suya—, lloras cuando no puedes con tantos sentimientos—recordó como San intentaba contener las lágrimas ese día—, pasaremos por muchas dificultades en el futuro, como cualquier pareja, peleas, lágrimas, risas, gritos, tantas cosas, desde hoy Jung Wooyoung, desde este preciso instante, bajo este hermoso cielo yo te digo... —tomó aire para poder continuar—Te amo, son dos palabras que nos hemos dicho por años, pero esta noche, bajo millones de estrellas podré decírselo a mi esposo, al amor de mi vida.

Cerró los ojos pensando en cómo se sintió el beso que le dió tras sus palabras, uno salado por sus lágrimas que se endulzaba con la sonrisa de San al separarse. Tocó sus labios intentando que el recuerdo lo inundara y se hiciera real en su mente.

No quería leer el suyo, no quería recordar lo que le dijo, porque eso sólo reviviría aún más los sentimientos que tenía. Sentimientos hacia alguien que parecía no existir.

Guardó el papel, debía ser un error, todo debía ser mentira, no quería si quiera esforzarse en hallarle una explicación, esa persona que vio solo era alguien que se parecía mucho, una broma del destino para burlarse de los últimos momentos de felicidad que tuvo, tenía que trabajar y mantener su cabeza fría, después de todo él había cambiado con los años. En esas épocas de estar juntos solía ser mucho más aniñado y necesitaba siempre de San para todo, ahora no podía ser así, estaba solo.

Se dirigió a bañarse, una ducha fría que lo ayudara a despertar.

Ya a la mañana siguiente cumplió en silencio todas sus obligaciones.

—Papá no quiere que estés aquí —lo sorprendieron mucho esas palabras, no pensó que esa fuera su primera conversación con su hija.

—Me imagino que sí, quizás no era lo que esperaba pero haré un buen trabajo —le sonrió con dulzura.

—Es raro que un niño haga la limpieza, papá por eso te odia.

Wooyoung abrió mucho los ojos ¿Qué acababa de decir? ¿Qué tan mal tenían que haber criado a la niña para que esta se expresará así?

—No creo que eso sea así —primero pensó en explicarle pero quizás no había la suficiente confianza, prefirió alejarse por el momento, no quería meterse en problemas—, iré a servir el almuerzo.

Se excusó dulcemente, se fue pensando en la mirada de la niña, tenía los mismo ojos que su padre, penetrantes y se atrevería a decir que desafiantes.

Suspiró antes de adentrarse en la cocina y encontrarse con Seonghwa, chef personal que se encargaba del menú de todos los días en la casa Choi.

—Te irás acostumbrando —le habló dulcemente—, ayer no dijiste mucho, lucías pálido.

CIELO - Sanwoo [+18] Where stories live. Discover now