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Tin abrazó a su omega quien sentía toda la pesadez entre omega y alfa, el hombre se colocó detrás de su mujer en protección por cualquier cosa, pero todos ahí sabían que la madre de Tin era de linaje y ella tenía más fuerza, muchísima más.

La alfa mostró sus colmillos, sentía la provocación de la omega y no le gustaba, una omega nunca debía provocar a una alfa, ese era un grave error, que ella debería erradicar.

Can se acercó a la madre de Tin, ella era muy buena y no quería que se pelearan, no lo quería, la alfa abrazó a Can, le besó la cabellera.

- Ve con Tin —ordenó, los ojos de la madre del rubio echaban fuego, estaba molesta, nadie ordenaba a su hijo y menos le abrazaba, Can tembló de miedo, Tin le tomó de la mano y le abrazó, solo si veía que era mayor el asunto iba a intervenir ya que sería difícil controlar a su madre.

Los colmillos de la alfa salieron completamente, grandes, filosos y relucientes, los de la omega también, más chicos pero filosos, la alfa rió con gracia, esa omega necesitaba modales.

La omega se alejó de su alfa estando más cerca de la alfa, quien le veía con una ceja levantada, tan formal, sin alterarse como lo estaba la omega, ella tenía clase, una clase que nunca se desprendía de ella, era elegante e imponente, una de las mejores alfas.

La omega gruñó en reto, la alfa rió.

- Nadie toca, ordena, ni abraza a mi bebé —dijo la omega y se transformó en una loba gris pegando a blanco.

- Ya llegó quien —dijo la alfa y se transformó en una loba, grande, negra, de ojos amarillos pegando a verde, el alfa moría por transformarse y cuidar de su omega pero él sabía que no podía, aun no, ella debería entender que no debía ponerse contra un alfa, nunca.

Can vio todo, asustado por su madre, la alfa le quería y sabía que no mataría a su madre, pero si la dañaría, ella había hecho cosas que no se debían.

Tin observó todo, él era un alfa de reglas y sabia todas las que había y sabía exactamente cuales había roto la madre de su omega y aunque era su suegra necesitaba una represión por sus actos, y se dio cuenta que su suegro también aceptaba que su omega se había comportado mal.

La lucha empezó, la omega trataba de morder a la alfa, era rápida como todos los omegas pero la alfa tenía muy buenos reflejos y una fuerza brutal, una mordida se conectó al lomo de la alfa, muy leve, pero al fin una mordida, su enojo fue perceptible para todos ahí, el olor picaba.

La alfa gruñó, fuerte y claro, se movió rápido, con fuerza y aventó a la omega al piso, le tomó del lomo, era muy pequeña ante ella, le aventó, la omega se paró, su cuerpo empezaba a doler, la alfa le acechó.

Una lucha con mucha ventaja para la alfa, la omega terminó tirada con sangre saliendo, no demasiada, sus huesos dolían, apenas podía levantarse, la alfa parecía que no había pasado nada, subió en sus cuatro patas al segundo piso dejando todo ahí, ella iba arreglar todo a su manera.

MARQUÉ [TINCAN]Where stories live. Discover now