Dai 18-Maku

778 107 56
                                    


...
...
...

El pelirrojo miraba incredulamente a su mejor amigo. ¿En serio dijo lo que acababa de decir?. Pestañó varias veces sin creerse todavía lo que sus oídos habían escuchado.

-No voy a repetirlo, imbécil. - Le dijo, sacandolo de su estado.

-P-pero, ¿De verdad?

-Sí. De verdad.

-¿Verdad verdadera?

-Sí, verdad verdadera.

-¿Deveritas deveritas?

-¡No imites a Burro, tarado! No te queda... No, pensandolo bien, sí te queda. - Dijo hiriendo al contrario.

-¿Qué estás queriendo decir? - Preguntó ofendido.

-Lo que tu cerebrito pudo adivinar, burro.

-¡No vengas nunca más a pedirme nada! ¡Ogro!

-¡No necesito pedirte nada! ¡Y no me digas ogro!

-¡Yo te digo como quiero!

-¡¿Se quieren callar?! - Gritó cansada Elaine. - Desde que se levantaron que están peleando por boludeces. ¿Qué tienen 5 años? ¿Se gustan en secreto?

-¡¿Y con esa boquita me hablas?! - Exagero el peliblanco.

-¡A tu cuarto! - Ordenó Rai.

-¡Es mi cuarto, imbécil!

-¡Entonces te vas a mi cuarto! - Señaló la puerta molesto. La chica se fue dando un portazo y entonces prosiguió.- ¿Podes creerlo? ¡Encima me responde! La juventud está cada vez peor.

Tetsu simplemente asintió repetidas veces con la cabeza mientras, fallidamente, intentaba cruzarse de brazos.

-Ya deja eso, no vas a poder.

El peliblanco suspiró abatido y se sumergió en un aura depresiva que se apoderaba de toda la habitación.

Estos días había mejorado bastante, por lo que obligó a su amigo a llevarlo a su casa, ya que se aburría de estar en la suya. Minami accedió después de varias súplicas, pero después de estar una semana conviviendo con Sandai empezaba a arrepentirse, su amigo quería moverse a como de lugar y no estaba todavía en condiciones de andar de un lado para el otro. Su pierna y brazo ya estaban mucho mejor, pero la clavicula era un tema aparte, todavía le quedaban como tres semanas más de recuperación.

Llegando a la hora de la merienda, el timbre sonó anunciando la llegada del rubio, a quien esperaban ansiosamente. Raiden fue a abrir rapidamente, ya que no quería que Tetsu se levantara de la cama. Agarró a Takemichi del brazo sin decir nada y lo metió a la casa, arrastrandolo después de cerrar la puerta hasta el cuarto de su hermana.

-¿Y bien? - Dijo intrigado Sandai. - ¿Averiguaste algo?

-No realmente... Pero sospecho que Mikey ya está al tanto.

-¿Uh? ¿Y eso como? - Preguntó Rai confundido. Ellos no habían mencionado nada como para que el resto tenga conocimiento del asunto.

-Es que escuché un poco de una conversación que tuvo con Draken, él mencionó a los hermanos Haitani. P-pero no estoy muy seguro de lo que dijeron.

Tetsu bufó y miró al techo, perdiendose en sus pensamientos e ignorando la conversación de los otros dos.

Desde que esos hermanos habían ido a su casa que no se los podía sacar de la cabeza. No les tenía miedo, en absoluto, más bien era intriga. Podrían llamarlo loco pero, en el fondo, sentía que ese par era interesante y muy posiblemente divertidos. Pero de todas formas, no iba a permitir que dos extraños entren a su hogar como si nada, lo amenacen a él y a su amigo, y encima después desaparezcan tal como llegaron. Como que se llamaba Sandai Kitetsu que iba a enseñarles una lección. Con él no se jode y eso lo iban a aprender rápidamente.

SAIRENTO DEMON | Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora