Capítulo 3

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Tras tres cuartos de hora de camino más el tiempo que suelo tardar desde la oficina llego a casa. Al entrar, dejo las llaves sobre la mesita que hay al lado de la puerta de entrada, me acerco a la cocina y veo que mi padre está sentado en la mesa mientras trastea con su móvil. Le doy un beso en la mejilla y me siento en una de las sillas.

- ¿Cómo ha ido?

-Pues bastante bien, no hay mucho cambio. Aunque, echo de menos al señor Moratti.

-Bueno, todo es cuestión de acostumbrarse.

-Lo sé... -Respondo mientras escucho la televisión del salón a la lejanía.

Tras remolonear unos minutos más por la casa, decido que es el momento de irme directamente a la ducha. Antes de nada, conecto mi móvil al altavoz que tengo instalado en el cuarto de baño y comienza a sonar Cheap Thrills de SIA.

No soy mucho de ponerme la música a todo volumen cuando me voy a la ducha, pero tengo que admitir que ésta canción... ¡se sale! Doy un pequeño gemido al notar el agua caliente caer por mi piel, y comienzo a disfrutar de la canción mientras me sumerjo en un mar de pensamientos y nerviosismo por lo que me toca hacer ahora.

Una parte de mi mente me dice que le llame y decline la cena, pero otra parte me dice que vaya para ver que quiere. En realidad, no me ha gustado nada que me obligue a quedar con él fuera del trabajo, cuando le recalqué varias veces que no.

- ¿Cenas en casa? –Pregunta la voz de mi padre desde el otro lado de la puerta, sacándome, así, de mis pensamientos.

-No...

- ¿Sales por ahí?

-Si.

- ¿Con quién?

No va a parar hasta que salga del baño...

- ¡Ya salgo, ya! – Grito. Una vez que termino de ducharme a una velocidad sobrehumana, me revuelvo el pelo con una toalla y me la envuelvo en la cintura.

Abro la puerta y le veo mirándome mientras come de una bolsa de patatas.

-Qué maruja eres a veces, papá. –Digo mientras camino hacia mi cuarto.

-Sólo me preocupo.

-He quedado con un amigo para cenar. –Miento porque si le digo que es mi jefe, me la lía.

Fijo.

- ¿Lo conozco? –Pregunta entrecerrando los ojos y sacando el padre serio y desconfiando que esconde en su interior.

-No, pero vienen Marga y Tomás. –Vuelvo a mentir y eso que odio hacerlo, pero es que se pone muy intenso.

- ¿Tú no sales? –Pregunto antes de que diga más y su expresión cambia, vuelve a estar relajada y come de la bolsa de patatas.

-No tengo muchas ganas...

Como suele pasar, ahora me contará sus problemas con Diana, su novia. Bueno, novia... yo no la conozco en persona, solo sé que se llama Diana y que también es viuda. Eso sí, por lo que me cuenta, se traen unos rollos muy raros entre ellos y, sinceramente, es agotador.

- ¿Qué ha pasado? –Pregunto mientras comienzo a arreglarme.

-No lo sé, parece que ya no está interesada. Ya no estamos tanto tiempo juntos, nunca tiene tiempo, pero luego hablamos por teléfono y todo parece normal...

En este momento quiero decir: "Normal, si desde que os conocisteis no os habéis separado, se habrá agobiado." Pero, eso no se lo puedo decir...

-Quizá tenga muchas cosas en la cabeza, no te agobies. –Respondo mientras veo como se apoya en el marco de la puerta como si fuera una adolescente americana y tras unos minutos más de charla, consigo que se vaya sin tener que contarle lo de mi jefe, lo cual es un logro conociendo lo cotilla que es...

SOY TODO TUYO - parte 1Where stories live. Discover now