Extras de mis Historias ♡

L 3 $ L 3 Y

~ B I O G R A F Í A ~

💘

Ella...

¡Oh Dios! ¿Cómo describirla a ella?

¿Cómo haré para halagar su belleza sin enamorarme?

Me resulta imposible y todo un reto. Quizás no deba hacerlo, o para ser bastante claro, no debo de hacerlo.

Pero me ha tomado mucho tiempo comprenderla y entender cómo es que puede ser tan feliz luego de haber sido golpeada por la vida.

Tenía curiosidad y no me pude resistir a indagar sobre su persona y sobre esos hermosos ojos cafés.

Y al final lo logré y ahora estoy aquí, a punto de contarles todo acerca de esa chica de mirada fría y sonrisa acogedora.

Todo comenzó hace diecisiete años atrás, cuando su madre, Thalía, quedó embarazada de ella. Lo primero que le vino a la mente es que sería un error dar a luz a un bebé sintiéndose muy joven e inexperta para saber criarla.

Aquella chica universitaria de veinte años reunió un valor necesario para decirle a su esposo con el cual mantenía un matrimonio de dos años (hasta aquel momento) de que estaba embarazada.

Su nombre era Jaime, Jaime Jordan que por si te interesa era uno de los jóvenes más apuestos y adinerados de la institución.

¿Qué puedo decir? Herencia familiar...

Él tampoco tenía experiencia, era sólo un universitario que se comprometió con dieciocho años porque sintió que Thalía era la correcta, en realidad ellos nunca planearon tener hijos cercanos.

Pero para su "desafortunada suerte" ¡Pum! llegó ese embarazo. Y luego de pensar con la cabeza caliente y apoyándose en la idea de "No se nace sabiendo, aprenderemos y seremos los mejores padres" decidieron tener al bebé.

Y ¡Pum! Eso fue otro grave error porque definitivamente ellos no estaban preparados para ser padres, su principal interés era la universidad y encima veían tener a un hijo como lo más fácil del mundo. Quizás por eso fue que fracasaron como padres.

Pero en fin, llegó el 10 de marzo y taratachan nació una niña que al principio llevaría como nombre, Carla pero por cosas de la vida terminó llamándose Lesley.

Lesley Jordan, la primera heredera de la fortuna del imperio que estaban dispuestos a construir sus padres. Se crío con niñeras, en Tijuana, México mientras que sus padres continuaban su universidad en los Estados Unidos y venían a verla en cuanto podían.

Se perdieron el ver como le crecía su primer diente.

Se perdieron su primera palabra, coco.

Se perdieron sus primeros pasos.

Y eso es triste, wey, es bien triste el que hayan concedido el privilegio de presenciar el crecimiento de una de las mujeres más fuertes que he conocido y aún así decidas perdertelo por un trabajo que no te dará besos y abrazos todos los días y tampoco te regalará dibujos con notas especiales.

Era una bebé enojona y sí, también fue una niña enojona. Aunque luego de toda esa aura de enojo que parecía no abandonarla nunca, estaba su otra versión, esa versión cariñosa que sólo podían sentirla tres personas: