❝ Proof of life ❞

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N/A: Esta es la adaptación de una historia que ya tenía, que a su vez es la adaptación de una canción. Eso, por si alguien la reconoce. (?)

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Pairing: Sasharcy.

Las bellas tonalidades naranjas que el bosque relucía por el transcurso de la colorida época otoñal, habían sido sin lugar a dudas todo un espectáculo visual. Una grata experiencia que Marcy deseaba volver a repetir el año siguiente de ser posible. ¿Podría presenciar también la pintoresca primavera en ese maravilloso lugar?  Quería ver el reverdecer de los frondosos árboles y el florecimiento de las bellas plantas. Seguro sería grandioso. Lastimosamente, faltaba mucho para ese evento.

El sonido arrullador del viento anunciaba la próxima llegada de una de las estaciones del año igual de esplendorosa que la anterior: el invierno.

—Oye, Sash, ¿no es acaso emocionante? —habló la joven taiwanesa, con la espalda reclinada en la cabecera de la cama. No dejaba de contemplar embelesada el paisaje por la ventana del pequeño cuarto de madera. En el exterior, todavía predominaban los colores ocres, rojizos y naranjas por el desprendimiento de las hojas a causa del otoño pasado.

—Uh, ¿de qué hablas? —la susodicha preguntó, con un deje de intriga, buscando capturar con la mirada lo que su novia observaba con tanta fascinación.

—¡Un bosque nevado, por supuesto! —Marcy respondió, volviendo su mirada a Sasha, quién había tomado asiento a su lado.

—¿Bosque nevado? —le parecía muy pronto hacer mención de ello. Aunque, de cierta forma, comprendía la emoción que manaba la otra chica al respecto; como un niño entusiasmado por crear enormes muñecos de nieve o jugar guerras de nieve con sus amigos. Así de tierno e infantil era su espíritu, verdaderamente único y encantador. —¿Así que por eso me pediste vacacionar en esta cabaña? —alojarse en una vivienda rústica bajo la compañía del amor de su vida, sin distracciones de terceros, sonaba bastante gratificante a decir verdad.

—Así es —la chica asintió alegre. En sus labios se plasmó una enorme y radiante sonrisa que derretiría la mismísima nieve que tanto anhelaba presenciar.

Sasha le devolvió la sonrisa, sólo que a diferencia de ella, no era tan agraciada a la hora de reflejar esos gestos afectuosos. Mucho menos ahora, parecía una mueca completamente forzada. Y no se debió a su falta de costumbre, sino porque en serio le costaba sonreír en esos momentos.

Aquella situación no pasó desapercibida por la muchacha de ojos rasgados. Conocía muy bien el motivo que acongojaba a su compañera. Su noble corazón se encogió y la felicidad reflejada en su semblante se disipó en cuestión de segundos. Arrugó las blancas sábanas entre sus frágiles manos y giró el rostro de nuevo con dirección a la ventana a su lado, para seguir presenciando el apacible atardecer que la naturaleza les regalaba.

Guardó silencio por un breve instante, respiró hondo antes de opinar. Le resultaba difícil hablar sobre su aflicción. Un nudo desagradable se instaló en la boca de su estómago.

—Hey... no estamos aquí para ponernos tristes, ¿lo recuerdas? —su voz salió baja e insegura. Hubiese querido con toda su alma pronunciar esas palabras de manera firme y sin titubeos. Una lágrima rebelde humedeció su pálida mejilla, delatando el inmenso dolor que resguardaba en el fondo. Mordió su labio inferior tratando de no pensar en su futuro, ¿era necesario hacerlo? El presente era lo único que importaba y ansiaba aprovecharlo al máximo.

𝐀𝐦𝐩𝐡𝐢𝐛𝐢𝐚 ꕥ 𝐷𝑟𝑎𝑏𝑏𝑙𝑒𝑠 & 𝑂𝑛𝑒-𝑆𝘩𝑜𝑡𝑠Where stories live. Discover now