Chan y Seungmin no pueden pasar ni cinco minutos juntos porque ya se están peleando, pero Seungmin y Chan no pueden pasar esos cinco minutos lejos porque comienzan a extrañarse.
Ellos creen firmemente que se odian, la realidad es que no quieren admi...
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Hace unas cuatro horas aproximadamente que Seungmin estaba en aquel hospital, a ese momento sus seis amigos, el hermano y padres de Kim ya están en el lugar esperando noticias. Aunque el chico ya había sido atendido, más debían esperar a que lo trasladasen a piso para poder verlo.
Chan mordía las uñas de sus manos con nerviosismo, mientras que en el otro brazo cargaba a una Jungmin bastante dormida, el doctor que atendía a Kim se acercó a la sala.
— Familiares de Bang Seungmin.
— Yo. — Chan se levantó rápidamente de la silla antes de darle tiempo a alguien e reaccionar. — Soy su esposo.
— Muy bien, pase por aquí, por favor. — Antes de continuar, el doctor lo retuvo. — La niña no ingresa.
Chan asintió, le tendió rápido la niña a su suegra y regreso nuevamente al médico para así ir hasta donde Seungmin. La habitación era la numero 202, al entrar lo primero que Chris noto fue la apariencia demasiado pálida que Kim había adquirido, más el chico se rehusaba a mirarlo.
— ¿Cómo estás?
— Bien. — Contesto secamente.
— ¿Y nuestro hijo?, ¿cómo está? — Pregunto cauteloso acercándose hasta la camilla.
— Si te refieres a Jungmin no lo sé, si te refieres a este bebé. — Se señaló el estómago. — Él es solo mío.
— No puedes negármelo, soy su padre, tengo tanto derecho como tú.
— CASI LO PIERDO POR TU MALDITA CULPA. — Recrimino.
— Cariño, tranquilízate.
— ¿CÓMO CARAJOS QUIERES QUE ME TRANQUILICE? — Sollozo. — Pensé que como tenías mucha tarea no habías podido comer o dormir bien, pensé que vernos te haría feliz.
— Verlos siempre me hace feliz.
— La llevaste a nuestra casa. — Dijo, sus bonitas pestañas ahora estaban bañadas en lágrimas y lo veía acusoso.
— Tengo un proyecto en pareja con ella. — Susurro.
— ¿Y TU PUTO PROYECTO TE PIDE QUE PONGAS TU LENGUA EN SU VAGINA?
— No pretendíamos tener sexo, solo se dio.
— ¿Qué si Jungmin los hubiera visto?
— No sabíamos que irías, si hubiera sabido obviamente el sexo ni se hubiera cruzado por mi cabeza.
— Es nuestro hogar, Chan... Le faltaste el respeto.
Ese comentario molesto en demasía a Bang.
— ¡Claro!, lo hice, le falté el respeto a nuestra casa. Así como tu cuando metías a tus amantes a media noche a la casa, podía oír a esos chicos gemir tu nombre, pero ahí no te importaba Jungmin.
