Lauren carga consigo el recuerdo de su difunta madre y una empresa al borde de la quiebra. Con un padre que le demuestra a cada momento su desprecio y una hermana que la odia a su parecer sin razón aparente, Lauren toma la decisión que cree mejor pa...
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A lo lejos se ve la entrada de la casa, noto que las palabras de mi padre son ciertas cuando veo el auto de Germán estacionado y si tenía mis dudas de que solo fuera un artilugio para que regresara a casa luego de una noche fuera. También pensé en la posibilidad de que le hubiera llegado algún video o alguno de esos regalos tan extraños que Germán me envía para atormentarme, porque sí, aunque las voces que escuché no fueran de él con todo el dinero que tiene pagarle a alguien no debe ser difícil.
Cuando estaciono el auto y abro la puerta mi celular comienza a sonar, solo la cierro nuevamente cuando veo el nombre de Omar en la pantalla. Un mar de emociones me atacan repentinamente y aquel sabor amargo se vuelve a apoderar de mi boca, pero si me llama es porque de verdad tiene algo que hablar conmigo.
—Omar, ¿Cómo están las cosas por allá? —cómo puedo hacer una pregunta tan estúpida, ¿Cómo van a estar las cosas en un hospital donde se está muriendo su madre? Si seguro están haciendo una fiesta Idiota.
—María acaba de morir, Lauren se que quedamos en que pasarás unos días en mi casa pero necesito mañana para estar a solas con Carmen después del entierro —suelta un gran suspiro con la voz apagada—. Te prometo que solo será un día, se que me necesitas como tu chofer pero no puedo dejarla sola en un momento así.
—Tranquilo que te entiendo, es un momento duro y sos su hermano —trato de disimular mi evidente molestia—. Ahora tengo que colgar, acabo de llegar y tengo que arreglar este lío.
Le cuelgo la llamada antes de que se despida, no es solo la situación con Germán que se que se me vendrá encima sino que algo de Carmen no termina de cuadrarme por completo. Esa obsesión con no dejar a Omar estar cerca de mi, el odio en sus palabras y esa mirada que me dice que será capaz de hacer lo que sea para separarme de él.
Me armo de valor y hago unos ejercicios de respiración antes de pasar la puerta, menudo recibimiento que me cargo por parte de mi querida familia. En la sala me encuentro a Germán sentado al lado de Rebeca y mi padre en frente, los tres tienen una copa de vino en la mano. Lo que me asombra no es que los tres están sentados bebiendo vino como si no sucediera nada, sino que una copa servida espera y tal parece que es para mi lo que se me hace aun mas sospechoso.
—Buenas noches Lauren, puedo ver que te encuentras en perfecto estado, pero aún mejor —se levanta toma la compa y me la entrega—. Estamos hablando con tu padre del compromiso y me gustaría que te unas a nosotros en la charla.
—Los tres estuvimos de acuerdo en que el compromiso se está tardando bastante en formalizar hermanita —levanta la copa hacía mi con una sonrisa y bebe un trago.
—Los medios comienzan a cuestionarse si la boda se llevará a cabo porque desde que mencionamos el futuro compromiso y preparativos de una boda no se supo más nada —Germán olfatea el vino antes de probarlo mientras yo en silencio absoluto sólo sostengo la copa estando de pie.
