Capitulo 3: Ella

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Lucas

Roseline era la chica que me gustaba desde que la conocí, aunque nunca tome en cuenta mi atracción por ella hasta que vi a mi primo interesado en ella, como su amigo sé que tiene pretendientes aunque quizás nunca sentí celos por que no creí que fueran rivales, hasta ahora, ella mi primo eran buenos amigos pero él comenzaba a demostrar su interés con ella y eso me hacia sentir celos, aunque estaba seguro que yo también le gustaba no quería dar nada por sentado. Quería confesarle mi amor, decirle que me gusta, quiero poder abrazarla como algo mas que amigos, poder besarla y tocar su cabello sin que se enoje, ella odia que toquen su cabello, su precioso cabello liso y castaño que me encanta. Me encanta su piel blanca y las pecas que tiene solo en sus mejillas, sus ojos café claro y su mirada te hacen pensar que es una tierna niña, Roseline es una leona, aunque a veces me gusta que sea una cachorra en apuros para poder ser él galán y estar siempre que me necesite.

Estoy pensando hace tiempo en como decirle que me gusta y que sea mi novia, no quiero que llegue otro y que me quite la oportunidad. Roseline no me gusta solo físicamente, es inteligente, divertida, aunque también tiene su lado difícil y puede ser muy diva cuando se lo propone, pero son cualidades que me gustan de ella, la hacen especial para mí.

Nunca hemos estudiado en la misma escuela, aunque ambos tenemos casi la misma situación económica, Roseline esta en un colegio mas pequeño y mas reservado, ella dice que es una comunidad pequeña porque es solo para quienes viven ese suburbio, pero yo digo que son elitistas, así que la única oportunidad que tengo para estar cerca de ella es el club. El lado bueno es que ambos practicamos actividades ecuestres, lo que nos permite pasar tiempo juntos si lo necesitamos, aunque yo juego polo y ella practica equitación me gusta invitarla a mirar mi entrenamiento, competencias y muchas veces me ofrezco a adiestrar sus caballos para que le vaya bien en sus competencias. 

Estaba noche pensaba invitarla a nadar, y estar a solas, y ella no sospecharía nada ya que siempre nadamos con Dania y Roger. Y mientras iba a guardar mi caballo pensando en ella se cruza frente a mi. 

- Hola Lucas, te quería preguntar si me acompañas a montar cuando cierre el club, se viene la competencia y no sé cómo adiestrar a Luna para los saltos altos - me pide. Es la oportunidad perfecta para luego invitarla a nadar.

- Por su puesto, dejo a Thor y los otros caballos en el establo te alcanzo, nos vemos. - le respondo, espero no haber sonado tan imbécil diciéndole "por su puesto".

Roseline me trae loco, me gustaría ser el primer hombre en su vida. Se que otras personas la han pretendido, pero nunca tuvo nada serio con nadie, espero, y hasta el momento eso es lo que se. Luego de dejar a Thor voy llegando a la pista de equitación donde están los obstáculos para los caballos y la veo montando, se detiene cuando me ve. Roseline es otra cuando monta, le hace bien. 

- Hola, mi profesor - me dice cuando me acerco lo suficiente, esperaba que me hubiera dicho eso en un tono sexy y coqueto en vez de burlarse de mí, pero así es ella, no hay que ser demasiado sensible para convivir con ella o te sentirás atacado constantemente, solo hay que entenderla.

- Supongo que estas concentrada para mis clases - me toca bromear de vuelta.

Le enseñe los mejores trucos para que pudiera manejar a Luna y le fuera bien en su próxima competencia, aprendía rápido por lo que no estuvimos tanto tiempo practicando. No sabía como plantearle la invitación.

- Tengo un poco de hambre - si vamos al comedor podremos estar mas tranquilos para invitarla a nadar y hacer de esto un poco más romántico. 

- Vamos por unos dulces al comedor si quieres - le sugerí, ama los dulces así que no se iba a negar.

Me propuso cocinar algo, esto es raro, ella no cocina, así que debía tener mucha hambre.

- ¿Cuál es la especialidad de la casa? - bromeo con ella.

- Depende de lo que se te antoje - me gusto esa respuesta. Coqueta. Tu te me antojas.

- Mira, la cocinera tiene su recetario, veamos algo sencillo de acá y lo ponemos en práctica - le digo.

Cocinamos pasta como lo hemos hecho algunas veces, fue divertido estar en la cocina, ella preparo una mesa junto a la ventana, mi vista favorita llena de luces a lo lejos con la vista de la ciudad y del club, no encendió la luces no se por que pero me parece coqueto, si quiero jugar conmigo yo me presto para lo que ella desee. Luego de la comida fue al baño, y pensé en como decirle que me gustaba cuando volviera, pero cuando regreso le pedí que se sentara junto a mi y los nervios me ganaron, nos tomamos una fotos y le hable de polo, imbécil. La sentía cerca y quería besarla, pero no quería tomar una señal equivocada, quizás el vino la confunde y estar tan cerca quizás es solo producto de lo que bebimos. Pero cada vez la sentía mas cerca y no aguantaba las ganas de darle un beso así que lo hice, al fin la bese, aunque creo que se sorprendió.

- Perdóname, no sé porque lo hice - le pido perdón.

- No te preocupes, fue mi culpa - me responde. No quería incomodarla, quizás entendí una señal equivocada, quizás le gusta mi primo y me invito a comer solo por que lo pasamos bien como amigos. Pero todo fue contrario a lo que pensé, luego de eso ella tomo mi rostro y me besó, volví a probar sus dulces labios y enterré mis manos en su cabellos. 

Luego de separarnos intente no hacer incomodas las cosas y creo que ella también quería lo mismo así que decidí arriesgarme. 

- ¿Quieres ir a nadar? - vi en su cara la sorpresa, quizás si era mala idea de después de todo

- Sii, me parece buena idea - al parece si quiere, espero que todo salga mejor estando en mi casa. 

De camino todo fue silencio, la verdad se sentía incomoda y no quería eso, nunca nos había pasado. Al menos mi padre no estaba aunque podia notar el arrepentimiento en su mirada, ella siempre era muy expresiva y comenzaba a notar que no le parecía buena idea estar aquí. 

Te espero toda la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora