Mujer contra mujer

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Título de la canción de Mecano porque soy muy gay, digo, muy fan.

La noche estaba tranquila y al ser ya de madrugada el único ruido que llenaba la habitación era la respiración del cuerpo descansando a su lado. La oscuridad en el cuarto le daba cierto grado de paz, pero no la suficiente para calmar la tempestad interna que arrasaba con todo dentro de su corazón, interrumpiendo su propio descanso.

Odiaba tener problemas de sueño, sólo quería dormir largo y tendido como el resto de la gente, pero desde que habían dejado Hogwarts era casi imposible que lograra conseguir cerrar sus ojos más de tres horas seguidas.

Suspirando, se levantó de la cama dispuesta a ir por un vaso con leche tibia. Tuvo que buscar una camiseta y ropa interior entre la maraña de prendas que habían dejado la noche anterior. Hizo una nota mental para hacer limpieza al día siguiente. Yendo en silencio y casi de puntitas, salió de la habitación rumbo a la cocina, una vez ahí, se sentó en la barra a beber de su vaso.

Le gustaba reflexionar a mitad de la noche en lo que se había convertido su vida. Jugando con un mechón de cabello, pensó en todo lo que había pasado antes.

Conoció a sus mejores amigas a los once años, entre ellas a Rem. Jane era una chica encantadora, llena de vida, siempre sonrojada por su hiperactividad, con los lentes chuecos y con su cabello siempre revuelto, era su mejor amiga en todo el mundo, siempre estaban en la misma sintonía y podían hablar de todo. Luego estaba Perl, una rubia, bajita y regordeta pero con ojos azules, era bonita, pero no excepcionalmente radiante. Con ella no se llevaba mucho, no tenía tanto en común y sentía su envidia todo el tiempo, pero le agradaba porque Jane realmente la apreciaba. Y por último, Remus. Ella era la clase de chica que sólo quieres tener cerca. Era hermosa, tenía una piel pálida llena de marcas plateadas y unos ojos que en la luz podían ser casi verdes pero que casi siempre se veían claros como la miel. Su cabello era suave, un poco por debajo de los hombros. Tal vez por la descripción y quizás si las partes fueran por separado, no serían tan atractivas, pero en ella todo el conjunto la hacía preciosa. Era un tipo de belleza difícil de explicar, pero que igual dejaba a todos mirando. Y a pesar de que esta belleza, eso pasaba a segundo plano por su personalidad. Era amable y bien educada cuando requería serlo, además de muy inteligente, pero también podía ser ruda, divertida y tenía una capacidad impresionante de mantenerse firme.

Con ella siempre había tenido una conexión extraña. No era su mejor amiga, esa era Jane y Lupin usualmente pasaba más tiempo con sus otros amigos. Louis, el pelirrojo que traía a Jane viendo estrellas; Sirius siempre pensaba que él sólo gustaba de sentirse superior, el muy mojigato. Después estaba Marco, el tipo más caliente que había en la escuela y además, su exnovio de tercer año, tenía mucha confianza en sí mismo y una actitud muy extrovertida, se habían complementado bien pero ninguno estaba muy cómodo. A pesar de eso, le seguía pareciendo guapo y aún le agradaba. Por último estaba Marlon, un chico atractivo pero muy introvertido con las personas que no consideraba de su círculo cercano, parecía ser con quien su Remus pasaba más tiempo. No le caía tan bien por eso mismo.

Pero aunque Remus estaba mucho con ellos y Sirius con Jane, de alguna forma siempre estaban juntas. No recordaba y no veía su vida sin ella. Sólo sabía que siempre había estado ahí, de una forma tan intima que a veces pensar en ello le robaba el aliento a sus cortos quince años de edad. La Sirius actual se divertía pensando en la obviedad de que estaba enamorada desde que la conoció, pero que había sido tan tonta para no verlo antes. En ocasiones se sorprendía pensando en bucle sobre ella.

Remus, quien se transformaba en una loba cada luna llena. Remus, quien había sobrevivido a los cinco años a una mordedura de un jodido hombre lobo. Remus, quien era la persona más fuerte que conocía. Remus, quien la había inspirado a transformarse en animago junto a Jane y Perl. Remus, quien tenía una belleza incomparable, porque si bien sus curvas eran mucho más discretas, siempre captaba miradas a donde sea que fuera. Y luego fue Remus, quien en quinto año había tomado la iniciativa en un beso que la había dejado confundida.

~En todas las vidas~Where stories live. Discover now