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Se había creado un ligero silencio, cuatro personas miraban asustados al pelinegro, otra soltaba leves risitas que intentaba ocultar con sus manos y había una persona que no notaba lo que sus palabras ocasionaron.

— ¿Como me dijiste? — fue la pregunta que rompió el silencio.

— Gatito — volvió a decir.

— Muy bien — Baji levanto su mano y simuló que golpearía a Chifuyu, vio la expresión de pánico que puso el grupo menos el que tenía el bastón y le dio unas palmaditas en la cabeza — No me digas así, soy Baji Keisuke, no gatito.

Con eso dicho se alejó para ir con su mejor amigo que lo esperaba y veía con curiosidad por sus acciones.

El pequeño grupo sintió como sus almas regresaban a su cuerpo.

— ¡Fuyu! — reprendió — te dije que no le dijeras así — Takemichi le dio un golpecito en la frente

— ¡Oye! — empezó a sobar el área golpeada — No voy a pedir perdón por decirle así.

Inui, Souya y Hakkai miraban la escena que estaban protagonizando los rubios y empezaron a soltar leves risitas. Mitsuya solo veía extraño a Baji, pensaba que golpearía a Chifuyu pero no lo hizo, raro pero no le daría importancia.

— Bueno, parece que Mikey dejó de hablar — fue lo dicho por Hakkai.

— No escuche lo que dijo — murmuró el peli azul — le tendré que preguntar a Nahoya y me ganaré un regaño por estar distraído.

— ¿Quien es Nahoya? 

— El hermano gemelo de Angry — respondió Mitsuya.

— ¿Quien es Angry?

— Souya — esta vez respondió Inui.

Chifuyu solo asentía a las respuestas y Takemichi lo miraba con una sonrisa, Matsuno era un pequeño solecito al cual debía cuidar. 

— Fuyu es hora de regresar — dijo Takemichi poniendo una de sus manos en el hombro de Matsuno — Ya terminó la reunión.

— Bien, fue agradable conocerlos — dijo refiriéndose a los que estaban con el, le gusta pensar que podría llegar a hacer nuevos amigos, al parecer ellos no se burlarian de él, estaba seguro de eso. Ellos no serían como sus compañeros de colegio que al ver que Chifuyu perdió la capacidad de poder ver, empezaron a burlarse y a golpearlo, no los culpaba del todo ya que el humilló y derrotó a varios de ellos. Lo peor era que iban a su casa solo para decirle un montón de cosas hirientes. Takemichi siempre estaba para defenderlo pero ¿Quien defendería a Takemichi? Chifuyu no queria meterlo en problemas.

— Espero encontrarnos de nuevo, hasta luego — fue la corta despedida de Matsuno, Takemichi solo agitó la mano en señal de adiós y así se fueron rumbo a la casa de Chifuyu.

El camino a su casa era tranquilo, iban diciéndose bromas y hablando de cómo a Chifuyu le agradó conocer  nuevas personas.

— ¿Como es Baji? — fue una pregunta inesperada para Takemichi.

— Baji se ve como una persona tranquila aunque suele ser algo agresivo, le gusta los gatos — contaba recordando lo poco que conocía del mayor, no eran tan cercanos pero Mikey siempre solía contarle algunas cosas de los capitanes de cada división.

— ¿Los gatitos?

— Si, los gatitos — asintió aún sabiendo que no lo verían y eso le dio tristeza porque se culpaba de todo lo malo que le pasó a su mejor amigo, el que debió quedarse sin ver no debió ser Chifuyu, ese pensamiento siempre rondaba por su cabeza. Dio un pequeño suspiro y apretó el antebrazo de Chifuyu.

— ¿Pasa algo? — pregunto al sentir el apretón.

— No es nada, ya falta poco para llegar a la residencia.

Ese fue el fin de la conversación. Llegaron al lugar y subieron las escaleras hasta el tercer piso, Takemichi ayudó a Chifuyu a llegar a su casa y una vez llegaron, se despidió y emprendió rumbo a su hogar.

Sol se habiandicho un pequeño adiós, Matsuno sabia que algo le pasó a Takemichi, lo había sentido triste pero no lo presiono para que le cuente lo que le pasó, el había esperado a que le diga pero no pasó.

Se dirigió a su habitación con cuidado de no volver a chocar con la viga pero falló en el intento, odiaba a esa viga, llegó a su cama y se tiró sin más. Estaba cansado así que al tocar su almohada se quedó dormido hasta el día siguiente.

Se despertó por El Fuerte e irritante sonido de su alarma, eso significaba que un nuevo día había empezado y ahora debía ir a comprar pan para hacer su desayuno. Podría esperar a Takemichi para que lo acompañe pero no, Chifuyu quería hacer las cosas por si solo, el no dependería de nadie.

Así que se levantó y visto con lo que sea que agarro, se puso los zapatos y fue en busca de su monedero, recordaba haberlo dejado colgando en el sitio de llaves. Se encaminó a la puerta y agarró su llave, monedero y bastón, no podía olvidarse de lo último porque con eso lograba guiarse al pisar. Salió de su casa y dejó todo asegurado, por alguna razón quería encontrarse con gatito o Baji según los demás.

Seguía en sus pensamientos mientras bajaba con cuidado las escaleras hasta llegar al primer piso, estaba decepcionado, hoy no llego a encontrarse con Baji, quería conocerlo y así poder ser amigos para hablar sobre gatos.

El camino a la panadería fue complicado, no recordaba por dónde era y ahora no sabía en dónde estaba, tal vez debió esperar a Takemichi.

— Oye, chico pareces perdido ¿Necesitas ayuda? — se escuchó hablar a una voz desconocida. No conocía a la persona así que desconfiaba mucho sobre el tipo.

— Si pero creo conocer por dónde estoy — fue su respuesta y siguió caminando sin rumbo alguno, escucho como esa persona lo seguía y sintió como alguien lo jalaba bruscamente del brazo.

— Vamos niño, te ayudaré — el hombre lo jalo con brusquedad y empezó a rebuscar en los bolsillos del menor, Chifuyu logró captar lo que esa persona estab haciendo. Con fuerza empezó  golpearlo con su bastón, no dejaría que le roben. El viejo logro conseguir lo que buscaba, el pequeño billetera de Chifuyu y lo empujó cuando había obtenido lo que quería.

Al ser tirado al piso soltó su bastón y escuchó como alguien corría, posiblemente era el ladrón que se estaba llevando contento su billetera, sentía como las lágrimas corrían por sus mejillas y también llegó a escuchar como alguien tocaba el claxon de un vehículo. Las personas que transitaban por el lugar empezaron a gritar asustados al ver como Chifuyu estaba agachado en la pista buscando su bastón, miraban más no lo ayudaban.

Un carro venía a toda velocidad y no le importaba si alguien estaba en su camino, Chifuyu no sabía para que sitio ir. Sintió como alguien lo agarraba por la cintura y lo alzaba para si sacarlo del peligro que era ese conducto.

— ¿Eres idiota o que? — fue la pregunta agresiva dada por su salvador.

— ¡Gatito! — fue el grito de sorpresa que dio al reconocer a Baji.

Baji miraba fijamente esos ojos perdidos que eran de un lindo color esmeralda que desprendían un pequeño brillo tan único y magnífico.

𝗔𝗨𝗚𝗘𝗡Where stories live. Discover now