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El amanecer abrasador y tortuoso hizo que Taehyung abriese los ojos con pereza. El joven estaba aún agotado, cuidar de cuatro gatotes gigantes en su hogar no había sido tarea fácil.

Y mucho menos tratar con Jimin.


Había pasado una semana desde lo sucedido y Taehyung quería interactuar con el hermano de su gatote salvaje, pero, este, al ser temeroso con el ser humano, se callaba o simplemente se retiraba del lugar.

Taehyung logró apreciar lo lindo que era el hermano de su gatote ya que cuando Jimin reía o jugaba con YoonGi, su ojos adoptaban un adorable brillo y un color tan hermoso como el rosa.

Y es que era raro, ya que cuando NamJoon intentaba jugar con Jimin, YoonGi gruñía levemente, haciendo que el pequeño Jimin coloque su cabeza bajo el hocico de la pantera gruñona, un gesto tan tierno que era típico en las parejas de gatitos domésticos.

Y luego estaba Jungkook.

Ese híbrido, se había vuelto más sobreprotector con él y mucho más mimoso ¿Taehyung lo disfrutaba? Joder ¡Claro que sí! Su minino era tan tierno cuando le jaloneaba de la camisa solo para conseguir un par de caricias tras sus orejas rayadas, Kim no se negaba en absoluto, amaba tocar ese pelaje tan suave y lindo, con olor a frutas tropicales.

–¡¡Gatotes!!— Taehyung gritó estando en el patio trasero de su cabaña.— ¡¡Baño matutino!!

Pronto, una pantera apareció corriendo a la velocidad de la luz, para después dar un ágil brinco y caer de cuatro patas al lado de Taehyung.

–Hoy tú tendrás galletas de chocolate por llegar primero, NamJoon.— Taehyung dijo de forma dulce, rascando bajo el hocico de NamJoon.

Segundos después, un gatote salvaje que Taehyung tanto amaba llegó tranquilamente, gruñendo y golpeando con su pata la mano de Taehyung que tocaba a NamJoon.

–¡Yah! ¡No seas celoso, gatote! ¡Sigues siendo mi bebé!— Taehyung regañó al tigre, logrando que el gran felino cayera recostado en los pies de cabeza de sol.

Cuando Taehyung regresó la mirada hacia la puerta en espera de los otros dos híbridos, se encontró con YoonGi sentado en los peldaños con mirada gruñona mientras Jimin tiraba de su oreja dulcemente, tratando de convencerlo a ducharse.

Al parecer YoonGi se negaba a ser un gato mamón. Pensó Jungkook cuando siguió la mirada de su humano hasta YoonGi.

–No quiero quitarte las mandarinas otra vez, YoonGi.— Taehyung frunció el ceño.

La pantera soltó un bufido, rodando los ojos jade que él poseía. Jimin parecía un minino juguetón, moviendo animadamente su larga cola, mirando con dulzura a YoonGi y pasar su rasposa lengua en el hocico de la pantera.

Éste último le miró atentamente ante el acto repentino y notó cómo Jimin le observaba juguetonamente antes de bajar los peldaños y encaminarse hasta Taehyung, quien estaba harto de el señor dramas alias YoonGi, Dios del universo... según la pantera.

Pero Kim abrió los ojos como platos junto a NamJoon y Jungkook cuando YoonGi corría tras TaeHyung obedientemente, sentándose a su lado y restregarse cuál gato de hogar en el cuerpo naranjo del menor de los Jeon.

ᴛɪɢʀᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora