Capítulo 22

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Recorrió los pasillos de la mansión Potter en silencio, aferrándose al característico valor de Gryffindor, del que se ha jactado gran parte de su vida, para poder enfrentar a su madre de manera tan efectiva y respetuosa como le sea posible.

Aunque la fe de Sirius no estaba puesta en ello; él y Walburga nunca habían sido cercanos, ni siquiera cuando Sirius era un bebé. O por lo menos él lo cree así, ya que no tiene ningún recuerdo de su madre siendo amable o considerada con él.

-Marte, por favor tráeme un Whisky de Fuego -pidió al elfo doméstico sin esperar a que esté respondiera. Necesita de toda la ayuda posible para afrontar este reto.

Un minuto más tarde apareció frente a él una taza de café.
Sirius soltó una pequeña carcajada, muy similar a un ladrido, ante la desobediencia de Marte.

Los elfos domésticos de la mansión, por órdenes de Harry y los médicos, han estado manteniendo a Sirius y Remus bajo una estricta dieta. Y es por eso que tanto Remus como Sirius tienen prohibido tomar alcohol, en especial Sirius que es el más susceptible a emborracharse.

Sin tener otra opción, y sabiendo que nunca encontraría las reservas de alcohol, Sirius se resigno a tomar de la bebida caliente.

El fuerte y amargo sabor del café lleno sus sentidos, envolviendolo en un suave confort. Saboreo con deleite la bebida caliente y sonrió de felicidad al percibir ligeramente el ardor de garganta que solo el Whisky de Fuego puede causar.

Hizo una nota mental de agradecerle correctamente a Marte por este pequeño, pero significativo, detalle.

Siguió caminando y se detuvo antes de doblar hacía el pasillo que da hacia la recámara principal, la de Harry, y dónde actualmente recide el retrato de su madre.

El mismo Harry se encargo de mover el retrato de la difunta Lady Black a este sitio cuando Remus y Sirius se mudaron a la mansión. Esto con el propósito de que a evitar que ambos adultos pudieran molestarlo o perturbarlo estando ahí. Los tres magos eran concientes de que Sirius y Remus se mantendrían alejados de cualquier lugar en que se encontrase Walburga, y Harry le había sacado provecho a la situación.

Termino su café y abandono la tasa, ahora vacía, sobre una repisa que hay cerca.
Inhaló y exhaló un par de vez, y por fin entro al corredor.

La mujer del retrato continúa dormida, por lo que Sirius se tomó la libertad de observar a esta extraña y pacífica versión de su madre.

Era extraño lo mucho que Walburga parece rejuvenecer al estar dormida, era como estar viendo a alguien totalmente diferente, ni siquiera en su juventud Walburga se había visto tan bien parecida y joven. No querien molestar al retrato, para que este no comenzará a gritar y chillar, Sirius se sentó dispuesto a esperar a que su madre por fin abriera los ojos.



Sirius se quedó en silencio y disfruto de la nueva bebida caliente que los elfos le proporcionaron. Inalo con deleite el delicioso aroma del chocolate caliente y suspiro con felicidad. La ausencia de ruido a su alrededor rápidamente se convirtió en una suave melodía, una maravillosa nana que le permite meditar acerca de sí mismo un poco más.

🖤🖤🖤⚡🖤🖤🖤

Sirius se encontraba tan concentrado y perdido en la profundidad de sus pensamientos que no se dió cuenta de cuando Walburga por fin recuperó la consciencia.

La difunta Lady Black observó con tristeza al primogénito de Orión, apenas podía creer que el joven tan apuesto y estúpidamente imprudente, al se había esforzado para hacerle la vida imposible, terminase... así.

La mujer del retrato apenas podía creer que lo que estando en vida le deseaba al joven se hubiera hecho realidad; el Sirius Orión Black qué Walburga llegó a conocer en vida no estaba, en su lugar solo quedaba un cascarón hecho pedazos... apenas lo suficientemente grueso para mantenerse unido, pero con la suficiente fuerza para recuperarse.

Hijo de la MuerteWhere stories live. Discover now