05 | Borrón y cuenta nueva

2.6K 440 287
                                    

Mica 🦋

Santi pasó por mí a las siete y treinta de la mañana, demasiado temprano para el gusto de ambos. Pensaba que el dormir poco me había causado una mala noche, pero verlo con lentes de sol a esa hora y un terrible aliento a tequila, me hizo darme cuenta de que su dolor de cabeza era peor que el mío.

—Uno de los dos tuvo una buena noche, y no fui yo. —Señalé el chupón que le estaba saliendo en el cuello.

—Aún no sé si fue buena, pero sin duda estuvo intensa.

Quise preguntarle por qué. No porque me interesara la vida sexual de Santi, sino porque sabía que todas las fiestas a las que iba, lo hacía acompañado de Pacho. ¿Él también había tenido una noche «intensa»? ¿Con quién? ¿Ya estaría saliendo con alguien? ¿Tendría eso que ver con que Pacho quisiera verme esa noche?

—Uno de los dos tuvo una pésima noche, y no fui yo —dijo cuando llegó a un semáforo y se giró para verme—. Luces muy cansada.

—No dormí mucho —admití.

—Yo tampoco, pero algo me dice que tus razones son muy distintas a las mías.

—Pacho me escribió anoche —solté de golpe, incapaz de seguir conteniéndome—. ¿Tienes idea de por qué?

Sus cejas se fruncieron y sus labios se apretaron.

—¿Pacho? —preguntó, confundido—. ¿Nuestro Pacho?

—Querrás decir tuyo, porque mío ya no es. Pero sí, el mismísimo.

—¿Qué quería?

Encontré bastante extraño que él no estuviera enterado. Pacho le contaba todo a Santi, y suponía que eso abarcaba lo que tenía que ver conmigo.

—Me dijo que quiere verme hoy. Irá a mi casa. Si no te dijo nada a ti... —Mordí mi labio inferior.

¿Tal vez era un plan para que volviéramos a estar juntos? ¿Por eso no se lo dijo a sus amigos?

—Desde hace tiempo intenta no hablar de ti —me interrumpió—, supongo que es su forma de lidiar con la ruptura. Yo también estuve ahí. Entiendo que no quiera decirme nada sobre ti, porque ahora tú y yo nos vemos todos los días y nos estamos haciendo amigos.

—¿Te molesta eso?

Santi estacionó el coche frente a un café elegante que quedaba cerca de mi casa.

—Es raro —confesó con un suspiro—. Él estuvo para mí cuando sucedió lo de María Jesús. Estuvo en todo. Creo que yo también he estado para él en esta ruptura, pero... no quiero que él se cohíba de compartir cosas conmigo solo porque tú y yo estamos trabajando juntos. Sin embargo, eso es algo que tendremos que resolver él y yo, y que no debería afectarte a ti.

Una comisura de mi boca se levantó en una sonrisa tímida. Santi se quitó los lentes de sol y comprobé que, en efecto, parecía mucho más destruido que yo. Hasta tenía los ojos rojos y unas ojeras que le permitían pasar por mapache. Aunque se hubiera bañado y estuviéramos con aire acondicionado, el pobre seguía sudando todo el alcohol que había consumido.

—Gracias —murmuré—, por continuar con este proyecto y confiar en mí, a pesar del tema de Pacho.

—Mis papás me enseñaron poco, pero algo sí aprendí de ellos: los sentimientos no deben meterse en el trabajo. No estoy en esto contigo solo porque me caigas bien, ni iba a abandonar el proyecto porque a mi amigo le incomoda. Estoy acá porque creo en lo que hacemos y punto. Ahora vamos —señaló la puerta—, tengo noticias para ti y creo que una de esas tiene relación con el mensaje de Pacho.

Icónica [Indie Gentes #2.5]Where stories live. Discover now